Estamos en víspera de la celebración del Cumpleaños número 474 de la Capital colombiana, y por eso queremos recordar los orígenes ancestrales de nuestro territorio, una tierra fértil y fecunda, con particulares características climáticas y físicas del suelo; así mismo, revisar algunas anécdotas de los primeros años de su fundación.
Circula en el ciberespacio información que señala que 'Bogotá', el actual nombre de nuestra ciudad, significa "Territorio del convite o la minga (trabajo colectivo) de Dios" (Bo: Divinidad; go: trabajo colectivo; ta: labranza). En cuanto a su antiguo nombre, 'Bacatá', se afirma que es "Campo de labranza". Ambos nombres, aunque relacionados, no son lo mismo, y sin embargo, están unidos del mismo cordón umbilical. Son como las dos caras de una moneda, la de antes y la de ahora: la aldea prehispánica versus la cabecera hispánica; en todo caso, más adelante veremos cuál es la verdad acerca de estos apelativos.
La Sabana de Bogotá fue el sitio escogido por la sociedad aborígen más avanzada de la época para fijar su lugar de residencia. Desde el 6 de agosto de 1538, cuando llegó Gonzálo Jiménez de Quesada, dos culturas se encontraron de repente, frente a frente: por un lado estaban los Muiscas, comandados por el zipa Sagipa; y por el otro, las tropas conquistadoras del mencionado emisario español, quien llegó al altiplano cundiboyacense luego de una larga travesía desde el Mar Caribe, que atravesó las espesuras de los bosques y las riveras del Magdalena Medio.
Los siguientes, son extractos del libro 'Historia de Bogotá- Tomo I Conquista y Colonia', editado en 1988 por la Alcaldía Mayor de Bogotá de la mano de Villegas Editores.
1- CUANDO EL AGUA FUE UN INMENSO VIENTRE MATERNO
"Ya, gracias al hálito fecundante de las aves maravillosas y a la aparición de Zúhe y Chía, se daban las condiciones propias para la fiesta de la vida en las tierras del Chibcha. Pero aún no había germinado criatura viviente alguna que las poblara, recorriera y cultivara. Entonces, la voluntad soberana de Chiminigagua se dirigió hacia la laguna de Iguaque, de cuyas aguas apacibles emergió una mujer de pechos turgentes y desnudos que simbolizaban fecundidad. Por eso se llamó Bachué. Con ella salió a la superficie un niño de tres años. Madre e hijo abandonaron las aguas y edificaron en tierra una casa, donde aguardaron hasta el que párvulo creció y alcanzo la edad viril. A esta sazón, Bachué y su hijo se ayuntaron y en poco tiempo su cósmica fecundidad pobló el Mundo (. ..)". 2- ¿POR QUÉ BOGOTÁ?
"Pocos han de ser los bogotanos de las postrimerías del s. XX, habitantes de esta megalópolis apabullante, que alguna vez se halla detenido a preguntarse cuál fue el origen de la palabra con que se nombra y se designa su capital. Algunos piensan que es una deformación de Bacatá, lo cual no es exacto, puesto que, curiosamente, dicho vocablo sólo vino a entrar en circulación en el s. XIX y fue totalmente desconocido antes. Juan de Castellanos afirma que la voz original fue Bacatá, que traduce "Final de los campos". Por su parte, Fray Pedro Simón sostiene que Bogotá viene de 'Bogote', que era uno de los títulos dados al poderoso Zipa, aunque también se llamaba así a la capital, indistintamente con 'Muequetá' (campo de tierra plana)".
3- SOBRE LA FUNDACIÓN DE SANTAFE
"(...) Al regreso a Bacatá se le volvió a despertar la codicia con renovado furor. Muerto el zipa Tisquesusa, fue elegido como heredero un caudillo altivo y aguerrido a quien llamaban Sagipa y Saxajipa. Él hurtó el cuerpo a sus perseguidores, quienes enloquecían por dar con el paradero del tesoro de Tisquesusa. Pero finalmente fue capturado por los españoles, a los que, aún cautivo, siguió burlando. Sus indios empezaron a traer apetitosas cargas de oro para llenar con ellas un aposento similar al que, una vez lleno del precioso metal, iba a salvar la vida de Atahualpa. Sin embargo, de pronto la estancia quedó vacía. Los taimados indígenas se habían ingeniado trazas para volver a llevarse poco a poco el oro. Enfurecido, Quesada dio tormento a Sagipa hasta matarlo. No logró obtener ni el mínimo indicio d el tesoro, cuyo paradero es un misterio todavía hoy, cuatro siglos y medio después". 4- "(...) Aunque las instrucciones más detalladas para la fundación de ciudades sólo fueron recopiladas y promulgadas en 1570, ya desde 1516 había algunas básicas que se referían con especial énfasis a la necesidad de buscar lugares bien abastecidos de agua, leña, materiales de construcción y 'gente natural'. Otro factor que siempre se tuvo presente fue que el sitio elegido ofreciera facilidades para guarecer la futura urbe contra posibles ataques indígenas. Desde luego, esta consideración se tuvo en cuenta para la fundación de Santafé en las estribaciones de los cerros. No obstante, todo hace suponer que en la elección de dicho paraje pesaron más otras razones, tales como la ya mencionada del agua y otros material es, como la piedra y la leña, así como la protección a los vientos (...)".
5- "(...) Vino luego la primera y solemne misa que, según la tradición, se ofició en una choza pajiza que, en tal caso, habría sido la primera catedral, unos pasos al sur de donde está la actual, que sería la cuarta. Según las nuevas versiones, dicha ceremonia tuvo lugar en la capillita del 'Humilladero', situada en la Plaza de las Yerbas (hoy Parque Santander)". 6- "(...) La dualidad que representaron estas dos fundaciones trajo inicialmente como consecuencia un inconveniente fenómeno de bipolaridad, ya que, mientras el centro real de la ciudad era la Plaza de las Yerbas (sitio de mercado), el centro oficial era la Plaza Mayor. Esta situación se mantuvo hasta que en la década de los 50', el obispo Juan de los Barrios impulsó el traslado del centro de gravedad de la urba hacia la Plaza Mayor, mediante la erección de la iglesia catedral y el desplazamiento del mercado hacia allí (...)".
7- (...) "Frente a otras plazas mayores hispanoamericanas, la de Santafé presentó desde el comienzo el rasgo sui generis de estar trazada sobre un terreno inclinado de oriente a occidente. Así mismo, vale recordar que su ubicación equidista exactamente de los ríos Vicachá (San Francisco) y Manzanares (San Agustín). Sin embargo, en lo esencial presenta similitudes que la hacen virtualmente idéntica a las demás, como puede observarlo cualquier visitante corriente. Como en el Zócalo Mexicano, como en la Plaza de Armas de Lima, la Plaza Mayor de Santafé agrupó en los cuatro costados de su espacio las sedes de los grandes poderes. Allí se erigió la Catedral, y allí también los edificios".
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