La oferta institucional y comunitaria, no logra responder de manera adecuada y oportuna a la complejidad de la conflictividad local y “siempre esperamos que las entidades nos resuelvan todos nuestros problemas y nos respeten todos nuestros derechos pero en muchos casos desconocemos también nuestros deberes como ciudadanos” afirma Aleyda Castro, perteneciente a la red de vecinos del barrio Villa Mayor en Rafael Uribe Uribe.
En una ciudad donde existe poca capacidad del Sistema Judicial para realizar tratamientos integrales de los conflictos, dónde se reconoce una baja presencia del enfoque diferencial en la gestión de conflictos, dónde existe una restricción en el conocimiento de las rutas de acceso a la justicia y dónde existe desconocimiento de la justicia comunitaria las tensiones no dan espera y la manera de resolver los conflictos podría convertir a Bogotá en la ciudad sin Ley.
Es por esto que durante el proceso de formación en Administración de Justicia que lidera la Escuela de Justicia Comunitaria de La Universidad Nacional, en el que participaron líderes y lideresas de 9 localidades de Bogotá para ser conciliadores en equidad, se realizó un cineforo con la película “Hoy empieza todo”, un espacio que permitió reflexionar sobre el empoderamiento del entorno y la importancia de una adecuada participación para resolver conflictos.
“En nuestras localidades hay diferencias culturales entre vecinos y es algo muy normal, lo importante es cuando nos reunimos para trabajar en equipo por los barrios, es ahí donde encontramos el verdadero valor del trabajo en red y eso solo se logra con dedicación” afirma el Pastor Luis Alberto Riaño, futuro conciliador de la localidad Barrios Unidos.
Las normas sociales describen una comunidad y la delimitan culturalmente por eso deben ser tenidas en cuenta para construir una sociedad en que “el papel de nosotros, los conciliadores en equidad es generar una cultura para la paz, una cultura en la que seamos capaces de hablar sin agresiones” dice Bernardo Pérez, líder de la comunidad de altos estudios comunitarios católicos de la localidad de Teusaquillo.
Entonces es importante que el operador de justicia promueva y garantice espacios de participación en la comunidad en la que trabaja, con el fin no solo de construir justicia en equidad colectivamente (lo que garantizará la aceptación), sino para que la figura de la conciliación sea sostenible y duradera en el tiempo.
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