La inscripción de Camilo Romero a la consulta presidencial deja al partido con pocas cartas para el Senado.
El fin de semana, y de forma sorpresiva, el senador Camilo Romero (disidente del Polo) decidió inscribirse como precandidato presidencial del movimiento Alianza Verde. Este nuevo partido, quizás el más joven del país -se consolidó hace apenas un par de meses-, ahora tiene en su baraja más ‘presidenciables’ que ningún otro movimiento.
El exalcalde Enrique Peñalosa y el senador Jhon Sudarsky ya se habían inscrito. Romero es el primero de la corriente Progresistas en hacerlo. Y se espera que Antonio Navarro, también de este sector, se decida a aspirar a la presidencia y acepte someterse a la consulta del partido. Y eso que aún no se descarta que otros dirigentes, como el exministro José Antonio Ocampo, a quien el propio Navarro ha tratado de convencer, se sumen a la consulta.
De producirse estos hechos, el 9 de marzo del próximo año, los verdes volverán a definir el candidato presidencial en las urnas, tal como lo hicieron en 2010 cuando Antanas Mockus derrotó a Peñalosa y Lucho Garzón.
Pero ese mismo día los nuevos verdes tendrán que jugársela para obtener su personería jurídica en las elecciones al Congreso, donde son muy pocas las cartas de peso con las que disputarían su permanencia en la política nacional.
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