jueves, 24 de abril de 2014

El instituto Nuestra Señora de la Sabiduría para Sordos (INSABI) requiere de su apoyo


El instituto Nuestra señora de la Sabiduría para Sordos (INSABI), dentro de los actos de conmemoración de sus 90 años de existencia, tiene previsto para el día viernes 25 de abril, desarrollar con los estudiantes sordos de la institución, en el parque del barrio Country sur (calle 29 sur carrera 11), desde las 08:00 am.,  diversos actos culturales, acompañados de comparsas.

La Institución dirigida por la Hna. Hilda María Velázquez invita a la comunidad a participar de estos actos con los que se busca fortalecer la Institución, para continuar con la obra que iniciara el Dr. Eduardo Santos en el año 1939, cuando colocó la primera piedra de la institución en el predio por él donado.

El Instituto es administrado por la comunidad de las Hijas de la Sabiduría, religiosas de origen francés dedicadas a la educación y formación de la persona con pérdida auditiva, de los estratos cero, uno y dos, población doblemente vulnerable por pertenecer a estratos socio-económicos bajos, y adicional a ello su condición de discapacidad.

 Han sido galardonados, por los diferentes proyectos que desarrollan en pro de la calidad académica de los estudiantes, bajo programas específicos para las personas con pérdida auditiva sin dificultades asociadas, para pérdida auditiva con déficit cognitivo (discapacidad intelectual) asociado, para estudiantes oralizados con implante coclear y adicionalmente en programas para la formación para el trabajo en metal-mecánica, corte-confección, tejidos y ebanistería, para el cual establecieron un convenio con el SENA.

Cuentan con un grupo de profesionales idóneos conformado por licenciados en las diferentes aéreas académicas, equipo de fonoaudiólogos, educadores especiales, audiólogo, psicólogo, enfermero y médico entre otros; en instalaciones con capacidad para 1000 estudiantes.
La institución se venía sosteniendo económicamente para la prestación del servicio a la persona sorda, con un aporte anual que enviaba la congregación en Roma y adicionalmente a un convenio con la Secretaria de Educación del Distrito vigente desde el año 2002 renovado anualmente hasta el 2012, pero suspendido durante el año 2013; y reanudado en el año 2014, con algunas restricciones, ya que la SED (Secretaria de Educación del Distrito), cubre dentro del contrato establecido única y exclusivamente a los estudiantes que habían estado en convenio en el año 2012, más no a los estudiantes nuevos que asumió el instituto en el año 2013, ni a los que solicitan cupo en la actualidad por primera vez.

Esta restricción se plantea a pesar de que INSABI ocupó el primer puesto en cuanto a calidad entre los colegios que ofrecen educación para personas en condición de discapacidad y el tercer puesto a nivel distrital, según evaluación efectuada por la Secretaria de Educación Distrital para el proceso de Banco de Oferentes del año 2014.

Actualmente la congregación tiene dificultades para proveer el recurso económico anual que venía proporcionando, debido a que en el año 2013 tuvo que proveer el 100% del aporte para INSABI en Colombia y adicionalmente a causa del terremoto de Haití, en el que tres de nuestras obras fueron seriamente afectadas y requieren prioritariamente el apoyo económico.
Por lo anterior, en el año 2013 adquirimos una deuda significativa con el fin de continuar prestando los servicios a la población sorda, ya que padres de familia y estudiantes se negaron a abandonar la institución y a ser reubicados en diferentes colegios del distrito, entre otros factores, debido a que los sordos usuarios de la Lengua de Señas Colombiana son una comunidad minoritaria que requiere de su aglutinamiento para el fortalecimiento de su lengua, de su identidad, de su cultura y costumbres, siendo simultáneamente preparados para la inclusión con la comunidad mayoritaria oyente a nivel laboral en empresas en donde hacen sus pasantías para obtener el grado de bachilleres técnicos de nuestra institución y en donde por lo general son contratados posteriormente.

La comunidad religiosa recurre a la comunidad con capacidad de gestión, diligencia, conciencia social y espíritu altruista para que apoye esta institución, con el fin de lograr un punto de equilibrio económico y así seguir respondiendo a la calidad en la educación para esta comunidad minoritaria.

Deseamos continuar proporcionando empleo a aproximadamente 60 funcionarios que aman su trabajo y han dedicado su labor a la calidad de vida y educación del sordo.

Por esta preocupación se recurre  a la comunidad para hacer posible se de continuidad a esta obra de 90 años de servicio. Manifiesta la Hna. Hilda María Velázquez “Soñamos con poder recibir a cada estudiante sordo que acuda a nuestra institución y solicite un cupo, sin restricción alguna y sin la barrera económica para garantizarle un servicio de calidad”. 

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