De las 35 denuncias contra el Procurador Alejandro Ordóñez que investiga el vice fiscal general Jorge Fernando Perdomo, 17 son por conductas penales que incluyen delitos como prevaricato, injuria, calumnia, abuso de autoridad, tráfico de influencias y hasta falsedad. Acorde con el vetusto postulado que refleja el matrimonio Estado e Iglesia "lo que es pecado, debe ser un delito", el Procurador usa, crea imagen y agarra 'argumentos de autoridad' de la santa iglesia católica. La Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia abrió investigación preliminar contra 28 senadores por la reelección de Ordóñez.
Recientemente, el Consejo de Estado determinó unificar, en un gran proceso, las tres demandas que están radicadas en contra de la reelección del Procurador. El proceso está en manos del consejero, Alberto Yepes, quien deberá establecer si acoge los argumentos de las demandas o si falla que Ordóñez puede culminar el periodo para el cual fue elegido. Las demandas contra la reelección dan cuenta de unos presuntos vicios de procedimiento y forma. La Procuraduría General de la Nación o también Ministerio Público, es el ente institucional que vela por el cumplimiento de los derechos de los ciudadanos, en concordancia de la Constitución y las leyes. Sin embargo, el jefe de ese despacho Alejandro Ordoñez ignora hoy esta responsabilidad.
Con reelección, en casi cinco años al mando de la Procuraduría General, Ordóñez ya suma varias destituciones de dirigentes políticos y servidores del Estado. Por esta razón, la Fiscalía tiene en lista más de 35 denuncias de diferentes delitos realizados por el hombre fuerte del Ministerio Público. Desde su juventud y temprano vínculo con la derecha fanática, con 'antecedentes morales' a considerar.
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