Fueron más de 40 años de discriminación y segregación social
Gracias a la concertación e inversión de más de $200 millones, el Instituto para la Economía Social-IPES y la Alcaldía Local de Mártires lograron adecuar un espacio digno dentro de la Plaza Samper Mendoza, para que estas familias ofrezcan su producto en condiciones dignas y seguras, como parte de un proceso de inclusión social y dignificación del trabajo popular y campesino de la Bogotá Humana.
Durante el mes de octubre, los campesinos e indígenas que ingresarán a la plaza, estarán ajustando espacios y dinámicas propias de su trabajo, para garantizar la distribución de sus productos a los diferentes centros de acopio y venta, entre ellos las plazas de mercado de Bogotá y municipios aledaños.
“La clientela es la misma; lo importante de esta reubicación es que estamos en un lugar más seguro y tranquilo impulsando la venta a domicilio” afirmó Olinda Rodríguez, campesina de Natagaima-Tolima.
De 11pm a 5am, los compradores podrán adquirir las hojas para hacer tamales y más de 200 especies de hierbas aromáticas, medicinales y esotéricas; entre otros productos.
La hoja de cachaco o de tamal, proviene de la zona plana cálida del triángulo del Tolima, conformada por los municipios de Ortega, Coyaima y Natagaima, habitada casi en su totalidad por campesinos e indígenas descendientes del pueblo Pijao, muchos de ellos organizados en cabildos indígenas que se dedican a la agricultura y la ganadería en pequeña escala.
A estas comunidades se les reconoce como gestores del tamal, eje del patrimonio cultural inmaterial gastronómico del país y como salvaguardas de los conocimientos y de las prácticas ancestrales del mismo.
“Con este proceso de ingreso a la plaza, el mercado de la hoja de tamal fortalecerá su papel en la economía regional al abastecer y distribuir entre los consumidores, productos de uso tradicional y cotidiano brindando alternativas por fuera de los circuitos de las grandes superficies, y permitiendo que la población de la región central y de la capital pueda fortalecer su propia cocina y su soberanía alimentaria” afirmo Jorge Pulecio, director del IPES.
La hoja de tamal no produce ningún cambio en las cualidades de los alimentos y el procedimiento de pasarla por el fuego, la hace aséptica, y de gran atractivo y economía por el carácter natural de este empaque, dándole un aroma particular y agradable.
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