La Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB) destacó el uso racional que han tendido los ciudadanos que se benefician con el ‘Mínimo Vital’, quienes disminuyeron en un 22 por ciento el consumo de agua.
El Mínimo Vital de Agua implementado por la administración distrital es el reconocimiento de un Derecho ciudadano. No sólo se trata de ofrecer 12 metros cúbicos (12 mil litros) de agua por cada período de facturación de dos meses a más de tres millones de bogotanos, de la población más vulnerable de la ciudad. Se trata del Derecho Humano a vivir con dignidad.
Desde que el alcalde Gustavo Petro adoptó la medida, en febrero de este año, los usuarios de estratos 1 y 2 de la capital han ahorrado más de 30 mil millones de pesos en las tres últimas facturas. Esta reducción de gastos para los hogares de las familias de menos recursos económicos de la ciudad termina siendo utilizada en más comida para sus hijos o para suplir otras necesidades. Es decir, en el mejoramiento de su calidad de vida.
La medida no la pagan los usuarios de otros estratos. Es costeada en su totalidad por el Distrito.
El Derecho al Agua fue reconocido en julio de 2008 por Naciones Unidas como un derecho fundamental. La Bogotá Humana lo hizo realidad en la capital a través del Decreto 064 del 15 de febrero de 2012 para garantizar este acceso al agua como un derecho humano básico no comercializado.
Por ahora, el Mínimo Vital de Agua es para los estratos uno y dos pero la Alcaldía realiza los estudios para poder determinar la viabilidad de ampliar la medida a los bogotanos de otros estratos de la ciudad.
El deber de ahorrar Aunque el Mínimo Vital de Agua es la forma de garantizar un derecho y el respeto a la condición humana de los bogotanos también implica una responsabilidad de los ciudadanos. El derecho al agua no significa, sin embargo, que el servicio deba ser totalmente gratuito.
En este sentido, quien mejor hace uso del agua es quien más se beneficia. Y esto lo han entendido los usuarios. Los análisis del Acueducto de Bogotá han determinado que la implementación del Mínimo Vital ha despertado conciencia sobre el uso racional del agua potable por parte de los ciudadanos beneficiados.
Durante el primer ciclo de facturación, los usuarios cobijados con esta medida disminuyeron en un 22 por ciento el consumo de agua. Esta situación se mantuvo durante el segundo ciclo de facturación en comparación con los mismos ciclos del año pasado, cuando no existía la medida.
Así las cosas, la capital avanza como pionera en el país en adoptar el Mínimo Vital de Agua para respetar, proteger y garantizar los derechos de los habitantes de una ciudad más humana.
El Mínimo Vital de Agua implementado por la administración distrital es el reconocimiento de un Derecho ciudadano. No sólo se trata de ofrecer 12 metros cúbicos (12 mil litros) de agua por cada período de facturación de dos meses a más de tres millones de bogotanos, de la población más vulnerable de la ciudad. Se trata del Derecho Humano a vivir con dignidad.
Desde que el alcalde Gustavo Petro adoptó la medida, en febrero de este año, los usuarios de estratos 1 y 2 de la capital han ahorrado más de 30 mil millones de pesos en las tres últimas facturas. Esta reducción de gastos para los hogares de las familias de menos recursos económicos de la ciudad termina siendo utilizada en más comida para sus hijos o para suplir otras necesidades. Es decir, en el mejoramiento de su calidad de vida.
La medida no la pagan los usuarios de otros estratos. Es costeada en su totalidad por el Distrito.
El Derecho al Agua fue reconocido en julio de 2008 por Naciones Unidas como un derecho fundamental. La Bogotá Humana lo hizo realidad en la capital a través del Decreto 064 del 15 de febrero de 2012 para garantizar este acceso al agua como un derecho humano básico no comercializado.
Por ahora, el Mínimo Vital de Agua es para los estratos uno y dos pero la Alcaldía realiza los estudios para poder determinar la viabilidad de ampliar la medida a los bogotanos de otros estratos de la ciudad.
El deber de ahorrar Aunque el Mínimo Vital de Agua es la forma de garantizar un derecho y el respeto a la condición humana de los bogotanos también implica una responsabilidad de los ciudadanos. El derecho al agua no significa, sin embargo, que el servicio deba ser totalmente gratuito.
En este sentido, quien mejor hace uso del agua es quien más se beneficia. Y esto lo han entendido los usuarios. Los análisis del Acueducto de Bogotá han determinado que la implementación del Mínimo Vital ha despertado conciencia sobre el uso racional del agua potable por parte de los ciudadanos beneficiados.
Durante el primer ciclo de facturación, los usuarios cobijados con esta medida disminuyeron en un 22 por ciento el consumo de agua. Esta situación se mantuvo durante el segundo ciclo de facturación en comparación con los mismos ciclos del año pasado, cuando no existía la medida.
Así las cosas, la capital avanza como pionera en el país en adoptar el Mínimo Vital de Agua para respetar, proteger y garantizar los derechos de los habitantes de una ciudad más humana.
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