martes, 25 de abril de 2017

Los ‘pequeños grandes’ escritores de los colegios de Bogotá se toman la FilBo 2017

Este miércoles 26 de abril, en el auditorio José Asunción Silva de Corferias, se conocerán los ganadores del concurso Leer y Escribir ‘Bogotá, una historia esperando ser contada’. Conozca las historias de algunos de los finalistas.
Más de 700 promesas de la escritura de colegios públicos y privados de Bogotá participaron con sus textos y creaciones artísticas en el concurso Leer y Escribir 2016 – 2017 que, en su onceava versión, invitó los autores a explorar el tema ‘Bogotá, una historia esperando ser contada’.
Niñas, niños y jóvenes postularon durante los últimos meses sus obras, creadas con el apoyo de sus docentes, para participar en seis modalidades: ilustración y primeras grafías, cuento, poesía, reseña, crónica y ensayo.
Tras una exhaustiva evaluación por parte del jurado, se eligieron 34 propuestas ganadoras (primer y segundo puesto), las cuales se conocerán este miércoles 26 de abril de 2017, a las 2:00 p.m., en el auditorio José Asunción Silva de Corferias.
Además de recibir la medalla ‘Orden al Mérito Literario Don Quijote de la Mancha’, los ganadores publicarán sus relatos y dibujos en un hermoso volumen lleno de talento y color.
En esta ceremonia de premiación se lanzará la versión 2017 – 2018 de este concurso que realiza la Secretaría de Educación del Distrito desde 2006, en el marco del Acuerdo 161 del Concejo de Bogotá.
Conozca a algunos de los finalistas del concurso, quienes muestran con su talento cómo leen y perciben a Bogotá.
Samuel en Transmilenio
Existen diferentes formas de leer y escribir, y el dibujo es una de ellas. Así lo explica la profesora Blanca Lilia Medina que, en el colegio Gabriel Betancourt Mejía, fue la guía y mentora de Samuel Esteban Carranza, un estudiante con síndrome de Down que relata la forma en la que vive y siente la ciudad a través de su cuento ‘Samuel en Transmilenio’.
“Los dibujos funcionan como sistemas de representación de significado, ellos nos cuentan historias y por eso con Samuel usamos esta técnica para que nos pudiera transmitir lo que él siente cuando está en Transmilenio. A los dibujos le integramos frases y pictogramas para ir introduciendo al niño a la dinámica lectoescritora”, explica la docente.
Disfrutar de la ciudad a través de la ventana de los grandes buses rojos que dibuja una y otra vez, es uno de los planes que más feliz hace a Samuel. Siempre está acompañado de sus padres y su hermana Angie, su persona favorita. Con ellos, recorre Bogotá y con el pincel de su imaginación, la modifica, la diseña y la hace suya.
“Poder acompañar en el proceso a mi hermano ha sido muy bonito para toda la familia porque, además de ver a Samuel creando y evolucionando, nos llena de emoción saber que existen estos espacios donde niños como él tienen la oportunidad de mostrar las cosas maravillosas que pueden hacer y pienso que eso es lo lindo de Bogotá y de este concurso”, asegura Angie, la admiradora número uno de Samuel.
Natalia Cárdenas y su oda a la madre tierra
Natalia, del colegio Claretiano de Bosa, tiene un amplio léxico y una fluidez verbal que contrastan con su corta edad. Apenas tiene 11 años, pero ya compone odas, sonetos y poemas al tema que la apasiona y que afecta su ciudad: el cuidado del ambiente.
“Mi poema se llama ‘Gritos de dolor’. Le puse así porque la tierra está sufriendo por culpa de nosotros y no podemos ignorar lo que pasa porque la contaminación se siente en toda la ciudad”, comenta la estudiante que, entre cuentos y poemas de Rafael Pombo, su autor favorito, da rienda suelta a su imaginación e invita a todos los bogotanos a cuidar y proteger la ciudad.

“Este es el pedacito de planeta donde nos tocó vivir y tenemos que cuidarlo, por eso leo y escribo: porque cuando leo aprendo y cuando escribo puedo llevar mi mensaje a otros y quiero que muchas personas conozcan y se unan a mi mensaje”, dice con determinación esta pequeña poeta que espera combinar su amor por las letras con su anhelo de estudiar ingeniera ambiental, para así contribuir a la construcción de la ciudad que sueña: una Bogotá más verde y más amigable con el planeta.

Jennifer Tatiana y las suaves melodías que escucha en Bogotá

“Muchos dicen que en la ciudad las oportunidades son para pocos, pero a mí, Bogotá me abrió las puertas a la música que es lo que tanto quiero”, comenta Jennifer Tatiana Flórez que, con su reseña ‘Notas de juventud’, quiso dar a conocer cómo vive la juventud la cultura en la ciudad.

“Yo me formé en flauta traversa en la Fundación Nacional Batuta. Allá llegué gracias a que mi profesora de primaria le comentó a mi mamá de este lugar y todas las posibilidades que tenía allí. Desde entonces, la música y mi flauta me han llevado a presentarme en diferentes escenarios de Bogotá y eso me ha mostrado otra imagen de la ciudad donde vivo, la siento llena de energía, como si estuviera viva y eso es hermoso”, comenta esta jovencita de 15 años que, cuando no está tocando su instrumento, pasa horas en la biblioteca El Tintal, plasmando en papel sus sueños.

Convencida de que la música es y seguirá siendo el centro de su vida, Jennifer pasa los últimos años de colegio entre notas y letras, esperando que, con su música y sus historias, muchos más se contagien del amor que siente por el lugar donde vive, pues para ella, “no hay otro lugar como Bogotá. Puede que no sea una ciudad perfecta, pero es la mía, yo la quiero y aquí me quedo”.

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