lunes, 24 de abril de 2017

Muralismo y memoria

Indígenas nasa y muralistas asistirán, el próximo miércoles 26 de abril, a la Filbo para dar testimonio de cómo el arte le cambió la cara a un pueblo que sobrevivió a más de 700 ataques guerrilleros. 





BOGOTÁ
Hora: 10:00 a.m.
Fecha: Miércoles 26 de abril de 2017
Lugar: Feria del Libro de Bogotá, Corferias, Salón Filbo C.


Toribío fue uno de los municipios más golpeados por la guerra. Todo el norte del Cauca lo fue. Los actores armados se atrincheraron en esas montañas habitadas por indígenas nasa. Prueba de ello son las casas baleadas o destruidas y las historias de terror de las que todos fueron testigos. También los grafitis alusivos a las guerrillas: las caras de exjefes de exjefes guerrilleros están tatuadas en un altísimo número de paredes.

Los nasa, sin embargo, no han abandonado sus territorios. Casi todas las madres entierran el cordón umbilical y la placenta para crear un lazo entre sus hijos y el lugar donde nacieron. Muchos nasa creen que la fuerza de ese lazo, de ese ombligo, es la que los ha impulsado a buscar formas de quedarse. La resistencia de ese pueblo se nota en la Guardia Indígena, en los procesos de liberación de la madre tierra, en el ejercicio de la justicia propia o en la creación de medios comunitarios.

También se notó, en 2013, cuando se hizo la primera Minga Muralista del Pueblo Nasa. Decenas de artistas se reunieron a pintar murales gigantes en las paredes de Toribío. Era un acto de resistencia, una apuesta política. Las pinturas se oponían a la guerra y exaltaban la cosmovisión nasa. Una de las más famosas, estampada en las ruinas de una casa destruida, dice “Menos bazuca, más yuca”. Pintar murales fue una respuesta a los grafitis de los armados, un acto de soberanía y una forma de darle un nuevo aire al territorio.

A finales de 2016, paralelo a los últimos días del proceso de paz con las FARC, se hizo una nueva Minga Muralista. Artistas nacionales e internacionales participaron en la creación de casi 50 murales más. Antes de pintar, los mayores nasa prepararon a los artistas: hubo talleres donde les enseñaron su cosmovisión, su contexto político y se hizo un ritual con los guías espirituales. Hubo también charlas, cineforos, conciertos y capacitación para jóvenes reporteros. En toda la actividad, que fue apoyada por el Centro Nacional de Memoria Histórica, participaron alrededor de 300 personas. Su consigna fue contundente: “Toribío no es como la pintan, sino como nosotros la pintamos”.

El próximo miércoles 26 de abril, en el marco de la Feria del Libro de Bogotá, estarán los indígenas y los artistas contando de primera mano su experiencia. Vendrán 11 líderes nasa, más de 20 artistas y un par de jóvenes reporteros indígenas. La jornada, que inicia a las 10:00 a.m. en el Salón C de Corferias, abrirá con una sesión de pintura de murales en vivo. Luego hablarán los nasa y los artistas en el conversatorio “El saber pinta la memoria”. Allí se presentará una edición especial la revista Ya’ja, que se entregará a los asistentes, y se lanzará un especial web que recoge los testimonios y las imágenes de la Minga. Al final habrá una nueva sesión de pintura. 

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