jueves, 25 de mayo de 2017

DESDE LOS BOLARDOS HASTA EL RAPONAZO A LOS DERECHOS ADQUIRIDOS DE LAS PERSONAS CON DISCAPACIDAD TODA UNA RELACIÓN LACRIMÓGENA CON PEÑALOSA

Por Nelson Julián Villamizar 

La imagen con que más se asocia el primer periodo gubernamental de Enrique Peñalosa en el Distrito Capital al menos para las personas con discapacidad es la de prohibición hecha cemento, como podemos calificar a los bolardos, que impedirían el parqueo de los vehículos en lugares no permitidos, originalmente pretendían erigirse como un elemento defensor del espacio público convirtiéndose paradójicamente en un estorbo más que aumenta el panorama de barreras arquitectónicas, que deben ser sorteadas o superadas por la población de personas con discapacidad particularmente los usuarios de sillas de ruedas o con movilidad reducida, las personas ciegas o con baja visión irreversible.
El dolor en las canillas o en las rodillas causado en cada choque con esta semejanza fálica o su impertinente presencia atravesado  ante una rampa trae un mal recuerdo del periodo de la Alcaldía entre 1998-2001 denominado “por la Bogotá que queremos”, que por ese entonces ya demostraba que poco quería a las personas con discapacidad, que como ahora en esta “Bogotá mejor para todos” pueden testimoniar como se debaten en esta Bogotá peor para todos los vulnerables o más vulnerados por este indolente mandato Neoliberal, que prefiere superponer  los intereses y las utilidades de los poderosos  sobre las necesidades y derechos adquiridos de las comunidades más empobrecidas en este caso los estudiantes, adultos mayores y personas con discapacidad.
Así lo demuestra la autocrática y atrabiliaria determinación de eliminar de un solo golpe el 50 %  del subsidio para el transporte, que en el caso de las personas con discapacidad ya era una conquista lograda después de muchas luchas y gestiones sociales, políticas y administrativas en el año 2011 con el Acuerdo 484, ratificado y reglamentado por el Decreto 429 de 2012, que hoy son burlados y menoscabados para  resguardar las ventajas de los empresarios del Sistema Integrado de Transporte Público de Bogotá, que se lucran usufructuando las más importantes  vías que son diseñadas, construidas y mantenidas con los recursos públicos provenientes de los impuestos que directa o indirectamente pagamos todas y todos.
Esta entre otras “caricias” torpes y burdas del Doctor Peñalosa, motivaron  a nuestra comunidad a dar inicio a la movilización social por el respeto a las personas con discapacidad y a sus derechos adquiridos, en una primera fase acontecida el pasado miércoles 19 de Abril, con una marcha pacífica en la que confluyeron desde todas las localidades y todos los sectores ideológicos, religiosos y políticos y de todas las organizaciones sociales y expresiones del movimiento social por los derechos de las personas con discapacidad, sus familias, cuidadoras y cuidadores, desencadenante de un proceso reivindicatorio  con un estallido social con singular episodio y escenario en la Plaza de Bolívar.
Esto gracias al muy comprometido y beligerante activismo de los militantes de “Sintrapol” Simpáticos Trabajadores de la Policía, que en un inverosímil ejemplo de la bestialidad con que han sido amaestrados agredió con bombas lacrimógenas a nuestra población de protección especial por parte del Estado, que en buen número estaba constituido por “peligrosos” niños y niñas con múltiples discapacidades con sus terribles cómplices ancianos y jóvenes amenazantes que apoyados en sus muletas de repetición,  detrás de sus bastones de alto calibre y sobre sus  acorazadas sillas de ruedas, pretendían tomase la Alcaldía Mayor de Bogotá.
Al margen de este patético bombazo que con su fuerza expansiva nos elevo a la altura de la agenda pública,  pudimos  cumplir nuestra consigna unido lo gramos y si no nos atiende nos quedamos y fue así como después de la atención del Esmad nos atendieron los servidores y servidoras del Gobierno Distrital, instalando una mesa de concertación entorno a nuestro pliego de peticiones, estableciendo una ruta participativa con varias metas o estaciones intermedias para nuestra población que hasta ahora no  había sido posible adelantar en esta administración y que nos llevará a una de las metas finales que será el gran cabildo ciudadano con un acompañamiento previo desde las primeras estaciones de todos los organismos de control incluido el Concejo Distrital de Bogotá que ejerce el control político y fiscal.
La primera estación en la ruta participativa será un Consejo Distrital de Discapacidad ampliado en el que además de escuchar las primeras respuestas al pliego de peticiones, definiremos el cronograma para avanzar a las siguientes metas o estaciones entre ellas las 14 mesas de trabajo sectorial donde nuestra comunidad según los perfiles e intereses podrán participar amplia y democráticamente en las mesas de salud, educación, empleo, movilidad, etc., en síntesis esta ruta la recorreremos en un tren blindado que inicio su trayectoria el pasado 19 de Abril, siendo su destino el respeto a las personas con discapacidad y sus derechos adquiridos.
El blindaje de este tren lo logramos involucrando en un llamado amoroso y solidario a los medios de comunicación masivos o tradicionales y a los comunitarios, alternativos y populares para que la comunidad en general nos acompañe con una efectiva estrategia de comunicación que ya demostró sus bondades captando y divulgando al mundo entero la gaseada en la Plaza de Bolívar otro componente del blindaje es el buen relacionamiento con los Concejales, las Concejalas y la totalidad de los organismos de control y sobre todo el acompañamiento de la ciudadanía  que como constituyente primario y con los mecanismos de participación en el Marco Constitucional y Legislativo podamos propiciar las transformaciones  y correcciones  que sean necesarias incluyendo la restitución de nuestro subsidio de transporte entre los demás derechos adquiridos arrebatados en esta lacrimógena relación con el Alcalde Peñalosa.

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