domingo, 31 de mayo de 2015

Una respuesta a Maria Isabel Rueda que pide en el diario El Tiempo No Más Petro.

MARIA ISABEL RUEDA:
Mucho cemento y nada de cerebro

Por Gustavo Petro

Al tratar de mostrar María Isabel Rueda que mi gobierno es un desastre que no se debe repetir, olvida un hecho absolutamente aleccionador sobre la “periodista”: No menciona siquiera los propósitos de Bogotá Humana, sino los de ella, los que quisiera ella que fueran los propósitos del gobierno distrital.
Los propósitos de Bogotá Humana son: 


  • 1. Superar la segregación social; 
  • 2. Adaptar la ciudad al cambio climático y 
  • 3. Fortalecer el poder público

Ni una mención al respecto.

Si el DANE afirma que Bogotá Humana sacó medio millón de personas de la pobreza hasta el momento, porque no es objeto de análisis de María Isabel, así sea para refutarlo? Por qué no le interesa? Por qué no lo ve como una obra del gobierno?
A María Isabel no le importa la pobreza, ni la desigualdad social. Para ella los pobres y su suerte, las víctimas, los grupos marginados y discriminados son invisibles, o los invisibiliza
María Isabel invisibiliza la pobreza y por tanto la lucha de Bogotá Humana por superarla.
Para ella solo es valido la ALO, las autorrutas de Vargas Lleras y el cemento, que significa grandes contrataciones. Negocios privados en últimas, lo demás es populismo, no sirve.
Pero María Isabel no esta sola, ella no quiere ver políticas para superar la pobreza, como una parte pudiente de la sociedad no las quiere ver tampoco: Es el egoísmo social, arribista y discriminador que ha producido una de las peores violencias del mundo.
Nos asignan la producción del odio de clases pero ese sector social odia por completo ver un Estado preocupado por la desigualdad, solo lo quiere al servicio de su consumo, de su manera de vivir y entender el mundo, les asquea la democracia y la paz.
Pues Bogotá Humana sacó medio millón de personas de la pobreza, y recuperó humedales y sembró casi 200.000 arboles, y priorizó la educación pública y no hizo de ella un negocio de contratistas, y elevó el valor de las empresas públicas y no las dejó privatizar, y llevó médicos a los barrios pobres y logró bajar sustancialmente la mortalidad infantil y materna y logró que ningún niño muriera de hambre en Bogotá y no dejó que negocios como los de Saludcoop prosperaran con la muerte de las gentes, así los hermanos de María Isabel se enriquecieran en ellos o en los cómodos despachos de la extrema derecha en la Procuraduría.
Al contrario de María Isabel, creo que Bogotá Humana debe profundizar y continuar.

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