sábado, 22 de noviembre de 2014

Del acuerdo humanitario al cese bilateral del fuego, un compromiso nacional

Miguel Angel Herrera Zgaib1
Profesor Asociado, Ciencia Política, Universidad Nacional. Bogotá.



“Mindefensa y Cdte Gral: quiero que me expliquen por qué el BG Alzate rompió todos los protocolos de seguridad y estaba de civil en zona roja”. Comunicación del presidente Santos, ET 17/11/14, p. 4.

Es en el Chocó, una de las zonas más ricas y olvidadas de Colombia, donde la retención del general Rubén Darío Alzate Mora, comandante de la Fuerza de Tarea Conjunta Titán se da por el Frente 34 de las FARC-EP. Los jefes de este frente son Pedro Chaverra y Melkin Moreno, cuyo superior, Isaías Trujillo es uno de los negociadores de la insurgencia en La Habana.
La acción del comando guerrillero ocurrió a 30 minutos de Quibdó, en el corregimiento de las Mercedes, el pasado domingo. El general Alzate estaba de civil desplazándose por el río Atrato, visitando localidades ribereñas en una panga rápida aguas abajo.
Fue en el corregimiento Las Mercedes, donde él y sus acompañantes bajaron. Allí se produjo la operación de su captura por milicianos del Frente 34, junto con la abogada Gloria Urrego y el cabo primero Jorge Rodríguez.
El Mindefensa se trasladó a Quibdó realizando reunión de urgencia con la Brigada XV, y hubo una infructuosa labor de “peinado” para dar con el paradero del general. De otra parte, el CICR intercedió desde entonces, y ahora es la encargada de recibir al general y los retenidos con él, conforme a las coordenadas que se mantiene en reserva. Toda vez que las FARC-EP informó que serán entregados a la comisión de la Cruz Roja.

Antecedentes

Antes, en 1985, el general Rafael Samudio, comandante de las FF.AA fue objeto de un atentado por el M-19, del que salió con vida. Algunos señalan que este insuceso desencadenó luego la cruenta acción de toma del Palacio de Justicia, que condujo al bestial desenlace de la retoma.
Hace pocos días fue objeto de una sentencia condenatoria por estos hechos el general Armando Arias Cabrales, y avanza una investigación de la Fiscalía, que indaga por la conducta mendaz de otro militar. El general Posada, quien negó que el día de la toma se hubiera movilizado tropa de refuerza desde Villavicencio.
En 1994, un comando de las FARC-EP le quitó la vida al general Carlos Julio Gil Colorado, siendo comandante militar del oriente de Colombia, bajo influencia histórica de esta guerrilla. Pero nunca había ocurrido que un general del ejército fuera retenido por un grupo guerrillero en Colombia en el medio siglo trascurrido.
Estamos en presencia de un hecho sin precedentes en la historia de la guerra contra los insurgentes subalternos de Colombia. Lo es también la resolución que las FARC-EP le da a la retención, porque devuelve a efectivos militares y una abogada quien también trabaja para las instituciones castrenses.

Un presente gris
“Suelto estas hojas un poco al aire. Corriendo el riesgo de que la borrasca del conflicto se las lleve hacia la irrelevancia. Fueron escritas al calor de los hechos del comienzo...” Enrique Santos Calderón. Prólogo a “Así empezó todo”.
Con este hecho excepcional, la retención del general Alzate, el proceso de paz colombiano vive en su quinto intento un episodio de dimensiones similares dimensiones, pero con un desenlace exactamente contrario: la muerte no esclarecida de Alfonso Cano en el Cauca.
Entonces estábamos en los preliminares de la actual negociación que alcanza de nuevo un nuevo punto crítico. Ahora, la respuesta del presidente Santos, -quien asumió responsabilidad por la muerte del guerrillero de las Farc-, fue la de suspender provisionalmente las negociaciones.

El lunes, a las 7 pm., el presidente informó y exigió por radio y tv, que los secuestrados fueran devueltos sin ninguna recompensa a cambio. Mientras tanto, la delegación de la fuerza antagonista, desde La Habana reclamó por la suspensión unilateral de las negociaciones. Y el martes, Iván Márquez habló en la mañana sin dar noticia sobre la suerte de los militares y la civil bajo su potestad. Y después conocimos la decisión del estado mayor de las FARC-EP de devolver a los capturados en el marco de las hostilidades que acompañan como gemelas la negociación en La Habana.
Igual proceder para otra liberación de combatientes del ejército, los dos soldados profesionales sometidos en los combates de Arauca. Las FARC-EP recordó que era una operación de guerra.
También se pronunció con lo sucedido con los Nasa en la zona de Toribío, y dio su versión sobre lo que pasó con la guardia indígena que condujo al desenlace luctuoso que se cerró con la condena pública de los Nasa a responsables de su propia comunidad con penas drásticas.

¿De la paz al cese al fuego?

“Pero quiero creer que más allá de la sombra tutelar del otrora guerrillero más viejo del mundo y de un pasado convertido en lastre, están vislumbrando un mañana diferente...habrá que descifrarlos mejor”. Enrique Santos, en: “Así empezó todo”, ET, 16.11.14, p. 3.
El hermano del presidente, el periodista Enrique Santos, en un libro “Así empezó todo”, cuyo anticipo apareció en El Tiempo que lo publica, y que circulará este martes, cuenta cómo fue la reunión secreta de La Habana en la que se pactó el proceso que ahora hace aguas a orillas del río Atrato, el más caudaloso del mundo, testigo mudo de los agudos contrastes ente miseria y riqueza que signan a Colombia.
En aquellos encuentros estuvieron con Enrique, Frank Pearl y Sergio Jaramillo, y por las FARC-EP París, Granda, Calarcá, el Médico. De allí resultó un documento definitivo, el “Acuerdo general para la terminación del conflicto y la construcción de una paz duradera” firmado el 26 de agosto de 2012. Y en su libro comenta algo que es valioso en esta hora gris:
“La sola celebración del diálogo de hoy, aunque se acabara mañana, es ya una ganancia política para una organización que hace más de diez años es vista en Colombia y el mundo como terrorista, narcotraficante y secuestradora. Se le restableció un estatus político que habían perdido con la acumulación de excesos y barbaries cometidos”.
Ya están pactados tres puntos de la agenda de paz, y están lejanas las 24 horas que le dieron inicio a la quinta oportunidad de negociar la paz con la guerrilla insurgente de las FARC-EP, que es el puente entre la violencia bipartidista y la guerra social, donde democracia e igualdad social, son piezas centrales en la disputa antagónica.

¿Qué reclamarán las FARC-EP por la liberación múltiple?
“Guerrilla que entrega los fierros se echa la soga al cuello”. Manuel Marulanda, FARC-EP.

Antes en la escabrosa historia del conflicto político-militar colombiano, con el secuestro/retención que el M19 hizo de Álvaro Gómez Hurtado, se abrió la puerta para una asamblea constituyente que dio entrada jurídica al nuevo orden que existe desde 1991.
Ahora, después que el Acuerdo Humanitario fue descartado por años, se abre la puerta de un cese bilateral del fuego, entre amigos y enemigos, para darle cabida civilizada a la disputa política por la hegemonía que nos conduzca a todos a la construcción de un estado y una sociedad colombiana diferentes.
Entre este lunes de puente y reinas, y el viernes, se desata el nudo gordiano de la retención. La voz del establecimiento, en la persona de Juan Manuel Santos fue escuchada por la guerrilla; y mañana sábado, después de lo decidido por el Estado mayor de la insurgencia subalterna, se hará probablemente efectivo el regreso del personal castrense.

De ahí en adelante la voz cantante la tendremos los colombianos, puesto que es la oportunidad decisiva para fijar el tránsito definitivo a la paz de Colombia con la exigencia de acabar con los estruendos asesinos de la guerra y el cercenamiento de más libertades entre combatientes de uno y otro bandos.
El jueves 19 de noviembre tuvimos ocasión de ver a los mexicanos movilizados como una sola familia para ponerle término y coto a las guerras del narco-paramilitarismo, en una condición de la que Colombia ha vivido con dolor inaudito la experiencia del régimen para-presidencial que no acaba de desmontarse.

Así que la oportunidad para nosotros es doble. Por una parte concluir el episodio del para-presidencialismo, y por la otra dar el paso a la construcción definitiva de la paz entre colombianos, y claro está con las reformas prospectadas y no cumplidas por el Estado social de derecho, que parece letra muerta hasta hoy.
Porque serán los muchos, la ciudadanía toda la que tendrá la oportunidad de copar las calles, avenidas, ciudades y poblaciones para reclamar al unísono el fin de la guerra, con una cuota definitiva: el cese bilateral al fuego, que le ponga fin a los bombardeos, a las minas, a la destrucción de la riqueza material y humana que tanta angustia, desolación y frustración ha sembrado en miles, millones de compatriotas en medio siglo de sufrimientos.

No habrá más tiempo para agoreros, mercachifles de la barbarie, y charlatanes de la política que juegan con la vida de los más. Los estudiantes como antes, la comunidad educativa tiene que jugarse en esta ocasión como lo ha hecho en otras con convicción y firmeza saliendo a reclamar y exigir una paz sin aplazamientos.
Tenemos el ejemplo vivo, palpitante de México, poniendo en su sitio a corruptos y asesinos, con la vocería de los padres de los 43 estudiantes sacrificados, quienes han llamado a construir un amplio frente político que le cambie el rumbo a su nación martirizado. Es el tiempo que emulemos lo que ellos están haciendo, y unamos el sur con el norte de nuestra América.
Tendremos un diciembre promisorio, y la oportunidad de juntarnos sur y norte de América para darle un ejemplo de vida al mundo. Porque se requiere un pare definitivo, en lugar de marchar hacia las mismas frustraciones de Casa Verde, de Caracas, de Tlaxcala, del Caguán como se interroga Enrique, animador de Alternativa, cuando creía en la izquierda radical, para impedir que “Otra paloma de la paz (caiga) acribillada en pleno vuelo”.

1 Proyecto Constituyente Social y Paz Democrática. Grupo Presidencialismo y participación. Unal. Email: presid.y.partic@gmail.com

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