Colombia y Suecia, coanfitriones de un ejercicio global que busca incorporar la resiliencia como eje de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Medellín 12 de diciembre de 2013. Con el compromiso de replicar el aprendizaje derivado del “Diálogo Intersectorial sobre la integración de la resiliencia en la nueva Agenda de Desarrollo”, retornaron a sus lugares de origen 64 expertos de 20 países, invitados por los gobiernos de Suecia y Colombia.
La resiliencia, según Brigitte Baptiste, directora del Instituto Humboldt, se refiere a la capacidad de reacción que tiene un ecosistema, comunidad, empresa o país ante una perturbación, sin que pierda su integridad y capacidad operativa.
Este evento académico realizado del 2 al 4 de diciembre, desarrolló durante 27 horas una agenda en la que se utilizó una metodología diseñada por facilitadores suecos y colombianos, que incluyó espacios de discusión en mesas temáticas y una salida de campo para recorrer el metro, el metrocable y el parque Arví. El Diálogo se centró en la inclusión del concepto de resiliencia, visto desde la biodiversidad y los servicios ecosistémicos, en la ‘arquitectura’ de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), actualmente en la mira del análisis global.
En este sentido, los ODS propuestos por Colombia y otros países en la Cumbre de Río+20, realizada en Brasil en 2012, están siendo discutidos como metas para medir el desarrollo sostenible a partir del 2015, año en que se cumplen los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), trazados en 2000.
El trabajo fue guiado por Brigitte Baptiste y Johan Rockström, director del Centro de Resiliencia de Estocolmo (SRC-Suecia). De este se generaron aportes de seis grupos de expertos que analizaron la resiliencia socioecológica como base fundamental para asumir asuntos estratégicos en el desarrollo, entre ellos pobreza, energía, políticas e institucionalidad, producción, consumo sostenible, cambio climático y derechos humanos. A partir de lo anterior se construirá un documento con recomendaciones que será presentado en el marco de la reunión del Grupo de Trabajo, que por mandato de las Naciones Unidas está revisando los ODS, programada para febrero de 2014, en Nueva York.
“Para que los colombianos comprendan, este documento sirve para ayudar a Naciones Unidas, a los países y, en nuestro caso, al Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y al Humboldt a definir cómo utilizar la biodiversidad para disminuir la pobreza, mejorar los servicios de salud y en general los indicadores de calidad de vida y bienestar de la gente”, explicó la directora del Instituto Humboldt.
Pablo Vieira, viceministro de Ambiente, que se vinculó a los grupos de análisis, dijo que Colombia tiene una "piel muy gruesa" y eso lo ha hecho un país resiliente, sobre todo a temas sociales y de violencia; pero en los temas ambientales no lo es, un hecho que demuestra que debe prepararse, es el Fenómeno de la Niña que se presentó en 2010 y 2011.
Por un planeta sostenible
El enfoque del Diálogo, según Johan Rockström, se dio en el contexto de tres aspectos: la importancia de la biodiversidad y los servicios ecosistémicos como fundamento para el bienestar humano, la evidencia de que el mundo entra a una nueva era geológica, el antropoceno, y la necesidad de construir resiliencia para tener un futuro próspero.
En su conferencia magistral, el científico sueco advirtió que este no fue cualquier Diálogo, “fue un momento único en el tiempo para hablar de diversidad biológica y proponer una nueva narrativa para el mundo. Tenemos tanta evidencia de que la biodiversidad, los ecosistemas y los servicios ecosistémicos construyen el desarrollo y la liberación de la pobreza, entonces ¿por qué no incluirlos en la Agenda post 2015?”.
Rosckström afirmó: “debemos acatar las Metas de Desarrollo del Milenio, pero no nos alegra que estas no sean resilientes a largo plazo. Muchos estudios nos muestran que si no entramos en 2015 en un camino que presione la transición hacia un estilo de vida sostenible para todas las personas del mundo, vamos a poner en riesgo todo lo que hemos hecho hasta ahora. Probablemente esta es nuestra última oportunidad como humanidad de acordar objetivos que nos pongan en el futuro deseado. La era en que estamos entrando, el antropoceno, es una etapa muy peligrosa de cambio negativo, por eso digo que este es un momento decisivo”.
El Director del SRC-Suecia puso como ejemplo de tomadores de decisiones a Ban Ki Moon, ex primer ministro de Corea del Sur, hoy Secretario General de la ONU, primer Jefe de Estado que escuchó a la Ciencia y desarrolló el reporte del “Planeta resiliente”, en el que aseguraba que las naciones han hecho un gran progreso, pero si se continúa así hay un riesgo de que ese nivel de desarrollo se devuelva de manera negativa”.
En el Diálogo participaron delegados de organizaciones como la Unión Internacional para la Conservación para la Naturaleza (IUCN), Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP,), Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Red Global de Jóvenes por la Diversidad de la ONU, Convenio de Diversidad Biológica (CDB), Foro Internacional de Mujeres Indígenas, ministerios de ambiente, institutos de biodiversidad, Institutos de Investigación, Universidades y organizaciones sociales de Egipto, Kenia, Mongolia, Etiopía, México, Suecia, España, Perú, India, entre otros países, también asistieron expertos en cambio climático.
Este evento fue coordinado por el Instituto Humboldt, el Centro de Resiliencia de Estocolmo y el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de Colombia (MADS) y se realizó del 2 al 4 de diciembre en el salón Humboldt del Jardín Botánico de Medellín.
Sectores dialogaron
Durante el cierre del evento algunos delegados internacionales expresaron lo siguiente sobre los aportes que les dejó el Diálogo:
“Era un objetivo complejo pero se logró. Se hizo un intercambio sobre la forma en que nosotros mismos, que somos diversos, nos aproximamos al tema para incorporar en la agenda pública y privada la biodiversidad. También la forma de mirar lo que se venía trabajando en Metas de Desarrollo Mundial desde una perspectiva diferente. La idea no era tomar decisiones, por eso el Diálogo cumplió su objetivo”.
Gemedo Dalle Tussie (Instituto de Conservación de la Biodiversidad de Etiopía y directivo del Órgano Subsidiario de Asesoramiento Científico Técnico y Tecnológico (SBSTTA) del Convenio sobre Diversidad Biológica -CDB)
“Comprobamos que había mucha apertura de discusión y ese resultado de tener los aportes escritos y mejor elaborados. La metodología fue rica, al igual que la salida de campo, y es viable aplicarla a la comunidad porque tenemos prioridades a nivel internacional, subregional y nacional. La seguridad alimentaria no se puede abordar sin tener en cuenta el cambio climático y la estrategia que hay que desarrollar para no perder biodiversidad alimenticia. Es totalmente viable la discusión y habrá realimentación en más de 50 agremiaciones indígenas de 23 países de toda América”.
Tarcila Rivera Zea (Presidente del Foro Internacional de Mujeres Indígenas, Perú)
“Nuestra primera meta con los resultados de este encuentro es llevar el mensaje y lo aprendido al ministro de ambiente de Alemania, porque los jóvenes debemos hacer parte de todas las decisiones y procesos. Tenemos que hacer parte y defender nuestra posición en las negociaciones que se realizan en el mundo”.
Christian Schwarzer (Embajador de la Juventud de las Naciones Unidas, Alemania)
Medellín, ciudad resiliente
El desarrollo del evento coincidió con la designación de Medellín, por parte de la Fundación Rockefeller, como una de las 100 ciudades resilientes del planeta. Esta noticia fue celebrada por los coanfitriones del Diálogo, Brigitte Baptiste y Johan Rockström, con un sentido aplauso durante una de las plenarias del 3 de diciembre.
“Es una coincidencia muy afortunada que se conozca la noticia cuando estamos desarrollando este Diálogo global sobre resiliencia en Medellín, esto demuestra cómo la resiliencia es un concepto de vanguardia, y que hay todo un sistema que la promueve en las grandes ciudades del mundo. También es muy importante ver este reconocimiento a Medellín como ciudad capaz de absorber las dificultades y de superarse a sí misma”, afirmó Baptiste.
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