jueves, 26 de diciembre de 2013

La Batalla por Bogotá

Celestino Arce
La extrema derecha es burra, porque es prepotente, por esta razón se equivocó al destituir al alcalde de Bogotá Gustavo Petro, el pasado 9 de diciembre, por medio de una sentencia disciplinaria, hecha por un Procurador general, que es el primer portavoz de la secta Tradición, familia y propiedad (TFP).

El turno de demostrar inteligencia queda en manos de la izquierda y el centro, quienes están obligados a ser portadores de iniciativa y coraje, para defender los procesos de democracia y paz, que por 10 años se han venido desarrollando en Bogotá.

El dilema no está en si se defiende o no, a Petro, como alcalde de la izquierda, sino en si se defiende o no, al modelo alternativo de gobierno local, que lleva 10 años de gestación.

Pese a las festividades de fin de año, la movilización popular ha dicho “Uh, ah, Petro no se va” y se alista para la nueva concentración convocada para el 10 de enero de 2014.

Un mejor gobierno local para la gente

La alcaldía de Bogotá es el segundo cargo público de Colombia, después del de presidente de la república. La izquierda la gobierna por tres períodos seguidos, el Polo Democrático Alternativo (PDA) entre 2004 y 2011, y los Progresistas desde 2012.

Diez años de gobierno de la izquierda han interrumpido el modelo neoliberal, lo que sirve como ejemplo en el panorama nacional, y en Bogotá ha gestado una ciudadanía con opinión independiente, critica , que incluso cuando Uribe instó a desconocer al candidato del PDA, la respuesta fue una votación abrumadora en contra de esa postura.

Los habitantes de Bogotá, en particular los estratos populares se identifican con la inversión social que ha estado al centro de los programas de las administraciones de izquierda, como colegios a los que se les ha invertido en sus plantas físicas, el aumento de cobertura educativa, la entrega del Mínimo vital gratuito de agua a cada familia (5 metros cúbicos), convertir la Plaza de toros en centro cultural y prohibir la realización de corridas allí, la rebaja en las tarifas del transporte público en el Transmilenio, que es la primera vez en la historia que se hace, la rebaja en los índices de criminalidad con la prohibición del porte legal de armas, los programas dirigidos a la juventud, la visión humanista en al trato a los drogadictos y a la población más vulnerable, como la intervención hecha en la céntrica calle del Cartucho, el cambio sustancial en la televisión pública del Canal capital con contenidos de alta calidad y enfoque crítico, el apoyo a proyectos culturales alternativos como al teatro, la creación de una Secretaría para la mujer y la equidad de género, el reconocimiento a la población LGTBI con una política de inclusión, la defensa del medio ambiente expresada en el no desarrollo del proyecto de la Avenida longitudinal del occidente (ALO) que acabaría con varios humedales, el inicio de estudios sobre el Metro, que debió ser la solución primera en materia de movilidad.

 Lo humano es imperfecto

En el plan de desarrollo que realiza Petro, son de resaltar la disminución de la segregación social, la adaptación de la ciudad al cambio climático y la defensa de lo público, que se traducen en programas de comedores comunitarios, de atención a las víctimas, la disminución de tarifas de transporte, el aumento de cobertura de la salud pública, la diversidad ciudadana, la preservación del medio ambiente, etc.

El Plan de ordenamiento territorial (POT) se convirtió en uno de los grandes pulsos, entre el alcalde Petro y la elite dominante, por su impacto en la disputa por las valorizadas tierras urbanas de la capital colombiana.

Hay que recordar que antes, el choque entre Petro y la oligarquía ocurrió alrededor de la recolección de las basuras, que venían en manos de empresarios privados y las entregó al manejo de empresas públicas.

Las deficiencias de la administración de Petro están en la improvisación ocurrida en la gestión de las basuras, al ignorar el marco jurídico vigente, y en los programas ejecutados al fin de año, hechos a toda marcha para cumplir con las metas presupuestales. También ha habido falta de claridad en varias metas, enredos jurídicos en la aprobación del POT, en el cual hay políticas que lesionan a sectores populares, porque se desplazaría a quienes viven en el centro de la ciudad.

No pueden faltar las críticas a la personalidad de Petro, por su actitud soberbia, poco receptiva a la crítica, hasta de sus mismos copartidarios, y tener la creencia que los procesos  de cambio en curso en la capital son propiedad de un individuo.



Defender el proceso de cambio

Lo que hoy se define en Bogotá tendrá enormes repercusiones en el panorama nacional, así como en Ecuador el pueblo fue aprendiendo en cada movimiento de masas que llevó al cambio de tres gobiernos, antes de llegar Correa al mismo, hoy esta confrontación educa a la población evidenciando dos rumbos.

La puja por la alcaldía está abierta, y le exige a los sectores democráticos y de izquierda resolver sus divisiones y pugnas, para hacer un frente común que garantice la continuidad de los cambios alcanzados en lo social, ambiental, económico, político y de seguridad.

La defensa de la alcaldía de Bogotá sirve para lanzar una candidatura fuerte de los sectores alternativos que puede pelear la gobernabilidad, apelando a lo realizado en estos años, en contravía a los privatizadores, a la misma oligarquía expoliadora que gobierna para unos pocos.

Equivocados están quienes creen que la movilización y participación en la Batalla por Bogotá, lo que hace es fortalecer a Petro, la lucha va más allá y está por encima de una personalidad, porque es una pelea de fondo con la oligarquía en sus diferentes variantes, que configura dos bloques básicos: el expoliador y el alternativo.

Esta coyuntura es un reto para aprender a confluir con muchos otros y a no perder la identidad, para trabajar por propuestas de izquierda y comprender que si la derecha gana este lance, será golpeado el movimiento popular y los sectores democráticos.

Puede ser que Petro busque canalizar la movilización con personalismo, como dicen algunos, pero también está claro, que las demás fuerzas no trabajan para él, así coincidan en muchos aspectos, y no hay dudas que colectivamente se tiene la estatura suficiente para entender, que son los altos intereses de todos los que al imponerse, cosechan los frutos.

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