Bogotá, julio 7 de 2014. Julio Pulido (Poder Ciudadano)
En su última edición la Revista Semana hace un análisis
sobre el avance de la derecha en el panorama político actual del país. Plantea
como novedad que mientras en procesos electorales pasados la derecha se
disfrazaba de centro para buscar adeptos, este año se destapó logrando casi 7
millones de votos y convirtiéndose así en la segunda fuerza política del país.
Luego de las tres últimas jornadas electorales de este año
–las parlamentarias y las dos vueltas presidenciales- la extrema derecha,
asociada comúnmente con el paramilitarismo y las facciones más extremas del
estamento militar, pasó a ser la oposición en un país donde ésta se asocia más
con la izquierda que con la derecha.
La agenda parlamentaria, acostumbrada a una oposición
alrededor de temas de derechos humanos, apertura en la participación
política, defensa de derechos básicos y
solución dialogada al conflicto interno armado, pasará a tener como eje
permanente la discusión y freno del
actual proceso de paz con la guerrilla de las Farc y el eventual proceso con el
Eln.
La pregunta que hace la Revista Semana es si este fenómeno,
donde el principal protagonista es el expresidente Álvaro Uribe, constituye una
irrupción duradera de la extrema derecha o simplemente una moda pasajera que se
diluirá en pocos años.
La respuesta empezara a tomar cuerpo el próximo 20 de julio
cuando se posesionen los 20 senadores y 16 representantes del Centro
Democrático que en cabeza de Uribe se posesionaran como bancada opositora.
Frenar el
avance de la derecha
Para el representante a la cámara Iván Cepeda es muy
preocupante que de una manera tan articulada aparezca hoy en el panorama político
un grupo que “reivindica ideas que son ultraconservadoras y tremendamente
regresivas para el país”.
Sin embargo para Cepeda el Centro Democrático no tiene el
poder que se le está atribuyendo, “No considero que los 7 millones de votos que
obtuvo el candidato Zuluaga compartan de
manera homogénea esas convicciones, yo creo que es necesario diferenciar en ese
espectro de la extrema derecha que hay quienes si quieren el avance de un
proceso de paz y quieren que desde su perspectiva y con condicionamientos muy
prácticos se llegue al final de la guerra en Colombia” plantea.
Desde esa perspectiva el futuro del Centro Democrático va a
estar muy ligado a la suerte de su caudillo. Desde el 20 de julio, y aunque no
perdería el fuero presidencial, Uribe quedaría como aforado de la Corte Suprema
de Justicia en lo penal, y del Consejo de Estado en lo disciplinario, así como
de la Procuraduría, la Contraloría General de la República y en la mira de la
Corte Penal Internacional. Una posible condena impediría la cohesión y
organización de la bancada uribista y un primer freno en el avance de la
extrema derecha en la política colombiana.
Otro escenario que jugara como contendor será el
fortalecimiento de lo que se ha denominado Frente Amplio por la Paz.
“El frente amplio va a dar la posibilidad de atajar al
uribismo tanto en los poderes regionales como locales. La oposición de Uribe es
una oposición al proceso de la Habana y la principal tarea del frente es
develar los intereses del uribismo en la guerra y abrirle campo a la paz (…) en
la actualidad se requiere de una fuerza política, de un sujeto político que no
puede ser otro que una izquierda unida en un amplio espectro con sectores
democráticos y movimientos sociales” plantea David Flórez, uno de los voceros
nacionales de la Marcha Patriótica.
“El frente amplio tiene que ser una propuesta hacia el país.
Ese frente amplio tiene que ser capaz de superar vanidades personales, egos
personales, tiene que ser capaz de confiar en la gente que está en la lideranza, ese frente
amplio debe ser capaz de recuperar los liderazgos de ustedes en las regiones”
dijo la defensora de derechos humanos Piedad Córdoba refiriéndose a esta
convergencia que avanza con fuerza en las organizaciones y movimientos de
izquierdas.
Para Iván Cepeda el asunto de las convergencias de las
izquierdas, de los sectores democráticos y de los movimientos sociales tiene el
carácter de un imperativo histórico. “Estamos ante un gran desafío que es
culminar exitosamente un proceso o dos procesos de paz y comenzar la
construcción e instauración de un nuevo orden democrático en Colombia. En ese
panorama el Frente por la paz es urgente” comenta cepeda.
Una posible condena a Uribe en organismos internacionales y
el avance de la unidad de las izquierdas está reconfigurando el mapa político
nacional. La mayor lucha se va a batir en lo regional y local, las elecciones
regionales del 2015 serán un gran medidor.
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