sábado, 26 de julio de 2014

Un Presidente en apuros

Miguel Ángel Herrera Zgaib
Profesor asociado Ciencia Política – Universidad Nacional de Colombia



Unas premisas para el debate reflexivo

“Vamos a hacer uno (debate) sobre la responsabilidad que le cabe a Uribe en el tema del paramilitarismo y otro, con Claudia López para pedirle a la Comisión de acusación que examine cuáles expedientes contra Uribe pueden pasar a la Corte Suprema, dada su condición de senador”. Iván Cepeda, senador del PDA.

“Queremos hacer debates sobre las denuncias de los computadores de Palacio…sobre lo que está pasando en Venezuela y sobre los acuerdos de La Habana”. J. Obdulio Gaviria, senador del CD.

Una vez resuelto quién ganó las presidenciales de Colombia, con una diferencia de 900.000 sufragios, cada quien hace la cuentas que le conviene, y exige del ejecutivo reelegido una parte del premio gordo de la política nacional.

La senda de la paz tendrá que transitar entre las clientelas alineadas del bipartidismo, y la presencia de una izquierda fortalecida, en parte, en el ejercicio electoral y en la pluralidad, pero aún despistada acerca de cómo orientar el rumbo de la paz, y cómo articular sin ambages la presencia de los grupos y clases subalternas, precisando los acuerdos con la parte de la sociedad civil levantada en armas.

Se trata de constituir una poderosa alianza estratégica en un ejercicio político democrático radical, que de efectiva carta de ciudadanía a la otra tercera vía, en la transición y el posconflicto. El presidente Santos, tal y como se presentó a Colombia, el pasado 20 de julio, no es prenda de garantía, y mucho menos su tercera vía, que quiso avalar con la presencia de un elenco de dinosaurios neo-liberales.

Por lo que la izquierda es la palanca arquimedea, que sin aupar a la reacción, sino poniéndola en su sitio, con el correspondiente juicio político, propulse el carruaje de la paz en la dirección necesaria e incumplida, trazada en lo que queda de la Constitución de 1991, que “la igualdad sea real y efectiva”. Razón de ser del Estado social de derecho, sin sacrificar en ningún caso el ejercicio democrático, pero, claro, en igualdad de condiciones, que no es para nada equiparable al manido e incumplido precepto de la “igualdad de oportunidades”.

Veamos ahora lo que ocurre en relación con estas premisas explícitas para el necesario debate político y social que requiere y exige Colombia, y en primer lugar, una intelectualidad responsable, que no puede dar el brazo a torcer frente a las prebendas o a las ilusiones filisteas, aunque sean ellas poderosos distractores.

La división de poderes

“Somos muchos los que no nos hemos ido de la Unidad Nacional”. Telésforo Pedraza, conservador.

“Si llegamos como un todo al gobierno…precisaremos nuestras opiniones como partido sin necesidad de chocar con el gobierno”. Omar Yepes, presidente del partido conservador.

Los primeros y más voraces comensales son los congresistas, tanto los entrantes como los salientes. Esta vez con los salientes se ha visto el desastroso proceso de la ex congresista Wilches, quien desprendió el lavamanos de la oficina que ocupaba para llevárselo de recuerdo, ante el espanto de Roy Barreras, quien volvió a repetir.

Y de otra parte, quién lo creyera, los congresistas que estaban obligados a regresar su parque automotor, en cierta fecha, aún hoy, 10 días después tienen esperando a 9 congresistas que entran a ocupar oficinas y curules al servicio remunerado de esta descuadernada república. Hoy el espectáculo mediático corrió por cuenta de Luis Carlos Avellaneda.

Él no siguió como congresista, pero no entregó aún una de las dos camionetas que le habían sido asignadas, y los “perros de presa” de BluRadio lo interrogaron al aire, de manera cruzado, para contrastar el pretexto que adujo públicamente; y el aguerrido laboralista y congresista salió mal librado de esta prueba.

De los entrantes, los fieles, doctrinarios militantes del conservatismo, el “ballet azul” de la candidata Martha Lucía Ramírez, el pasado lunes 21 de julio pedían pista en el palacio de Nariño, no para celebrar su “independencia”, sino para “enajenarla” a cambio de la mermelada que les permite pensar que volverán a repetir y no a penar. Ellos y ellas tienen dos ilustres maestros, uno recién jubilado, el caucano Aurelio Irragorri Hormaza, para darle vía libre a su delfín.

El otro que se resiste aún a cortarse la coletilla, el engominado Gerlein Echeverría, que no se despega de su curul, y quien mantuvo su rebeldía frente al conservatismo en favor de Santos, y vuelve ahora a pelechar por estar una vez más del lado de los ganaderos y los ganadores.

El martes de la semana que termina, para no hacer más larga la historia, el pleno del conservatismo, como ovejitas blancas, 18 senadores y 27 representantes, rindieron homenaje al futuro “purpurado”, quien el 7 de agosto se sentará a manteles con los prestantes e impolutos miembros de la Unidad Nacional, que añadirá el color azul al “arcoíris” de la tercera vía.

Desde otra orilla, la defensora del medio ambiente, la Alianza Verde, de la que otros afirman que está más quebrada que un bulto de canela, exagerando la nota, también cuadraron cita con Palacio, para reunirse con Santos. Allí concurrieron toditos, 5 senadores y 6 representantes para reafirmar su compromiso con la paz. Aquí la unión no fue tan directa como con los conservadores de la altiva Martha Lucía.

Otra mujer, la senadora, Claudia López, heredera de la silla que dejara vacía Ingrid cuando fue secuestrada por las Farc-EP en las tierras del Caguán, habló de una suerte de “puente levadizo”, al que llamó “mecanismo con los “verdes” y otros partidos que no hacen parte del gobierno, para desarrollar una agenda conjunta de paz”.

Habrá que ver cuánto resiste esta declaración después de la celebración marcial del 20 de julio, un poco en disonancia con el tiempo de la paz futura, y más en acuerdo con la sentencia romana: “si quieres la paz prepara la guerra”, y líbrala, como lo recuerda todos los días el césar Juan Manuel, cada que los militares se muestran remolones o piden más prebendas del presupuesto que juntan todos los colombianos de bien.

A pesar de los hechos

Una de las banderas leídas en el telepronter por el presidente que ama el póker y otros juegos de hacer, luego de “jugarse los restos” para asegurar la segunda vuelta, fue la de volver a la división de poderes, pero cómo, curándole el hambre a los congresistas para mantener y engrosar las mayorías que necesita para hacer un conjunto de reformas que no tocan a la nuez de lo prometido en la Constitución de 1991, que “la igualdad sea real y efectiva”.

Porque está claro lo que dicen las estadísticas más actuales, Colombia ocupa el vergonzoso y desafiante, 12 lugar en la escala de los países más desiguales de la tierra. La inequidad es el peso muerto que hunde en puerto al marino de la “prosperidad democrática”. Según el mismo PNUD, Colombia sigue ocupando el lugar 98 en desarrollo humano durante el año 2013. La referencia es por supuesto a un conjunto de 168 países; y se ve superado por el lugar que le concede la Fifa a la selección de Colombia en el concierto de 209, que si mal no recuerdo es el quinto, atendiendo a sus últimos logros mundialistas.

Al mismo tiempo, eso sí, las principales empresas nacionales, las que dizque “financian” siempre a los presidenciables sin excepción registran jugosos dividendos. Los líderes en el capitalismo local y transnacional fueron Cementos Argos, que el semestre tuvo ganancias del 87.3 por ciento, comparado con el mismo periodo enero-junio de 2013, contabilizando la bicoca de 137.690 millones, que no sabemos que tributarán para apoyar la lucha contra la desigualdad y la concreción de la paz. La segunda empresa en rendimientos fue EEB, que creció en un 33 por ciento, alcanzando unas ganancias de 956.772 millones, y obedecen al crecimiento operacional principalmente, a través de Emgesa, Codensa y Gas Natural.

El otro gigantón de las ganancias es SURA, que también contribuyó a la elección de presidente y vicepresidente, cuyas utilidades registradas fueron de $416.365 millones, con un aumento del 19,2 para el mismo semestre de 2014. En pocas palabras, al capital oligopolista le va bien, pero a la gente del común no, y a la clase media, sí, según su creencia. Una perdedora de antes, ligada con los negociados de Interbolsa, aun sin sanción eficaz, y mucho menos sin devolución del dinero raponeado a las mayorías, se recupera, disminuyendo las pérdidas en igual periodo del 2013. Hora los actuales dueños de la legendaria fábrica de tejidos el Hato sumaron $ 12.832 millones de pérdidas.

Esta contabilidad hace posible pronosticar que el crecimiento de Colombia para el año 2014, llegará al 5 por ciento, y no al prospectado 4.5, en relación al PIB de la nación. Habrá que verlo, porque hay una destorcida en materia de explotación probable de hidrocarburos con el fracaso inocultable de la asociación rapaz Pacific/Rubiales que ordeñaba con redoblado entusiasmo la vaca de Ecopetrol, cuya iguanita está cada vez más consumiendo las reservas de grasita que la explotación inmisericorde de las fuentes de agua, humedales, ríos y caños, hace tan dura esta temporada del “Niño”, que azote sin piedad la imprevisión de este y los anteriores gobiernos.

De dónde vendrá la platica

El doctorcito Ortega, encargado de gravar inmisericordemente a la clase media, dizque para conseguir buena parte de los 12 billones requeridos para pagar la cuota inicial de la paz, que algunos analistas y el propio gobierno llaman la “transición”, puso pies en polvorosa, y se va a estudiar, en razón de las amenazas que ha cosechado dentro y fuera de la Dian, por su quehacer dictatorial, que tampoco respetó libertades sindicales de muchos años atrás. Pero, en cambio, se queda otro ministro estrella, el doctor Cárdenas, en Hacienda.

Él hace parte de la hermandad no de la lanza, como en el ejército, sino del café, de la cual fue beneficiario, el pobrecito Juan Manuel, con su permanente vida en Londres, dizque atendiendo a los altos valores del café colombiano. Al respecto, la novela Café, con sus exageraciones puede fijarle el aroma a tal asociación, que ahora se relanza con la vena rota del proyecto Juan Valdez, que ahora tiene como competidor a la franquicia de Starbucks, para enderezar las cargas del maltratado jamelgo que porta los sacos de la reciente bonanza, que como siempre se tragan en demasía las comercializadoras, desde los tiempos de los Arrubla, Gutiérrez, y López.

Por lo pronto, digamos, que además de las peladas costillas de la clase media, que se cree rica, se apoyará el proyecto de la paz mezquina que se viene trabajando el La Habana, pero se requiere afectar también al capital financiero, y no basta con el gravamen al patrimonio que financia la hoguera de la guerra que consume la riqueza nacional con más velocidad que los incendios de este verano inclemente.

Colombia parece como contagiada por el 2 periodo especial2, que aún no logra saldar el socialismo cubano. Afectado también por los alegrones infundados de su principal benefactor Venezuela, cuya crisis avanza acelerada con el gobierno de Nicolás. ¿Quiénes se van a meter la mano al dril? ¿Serán los cacaos del capital financiero, y los grandes beneficiarios de los mega proyectos energético-mineros?

No parece claro que así sea. Desde antes hacen mala cara, y una buena parte de ellos se han embolsillado las regalías, como otros los hacen sin empacho alguno con los réditos del IVA. Urge entonces una contra-reforma democrática, la cual no prosperará de la mano de Mauricio Cárdenas, una estrella que le quita luces a la otra luminaria colombiana de la economía, que perdió la presidencia con Santos.

También han de poner su cuota los terratenientes que incluyen a los grandes propietarios que se apoderaron de la “mina” de AIS, y que tiene en la cárcel virtual a Uribito, y a los ganaderos de Fedegan, donde María Fernanda despotrica contra el PDA, y los reclamos de justicia que hace Iván Cepeda desde el primer día del Congreso. La esposa del presidente de Fedegan, el doctor Lafaurie, quiere, contrariando la aritmética, pero no la voracidad de los propietarios del campo, sumar peras con manzanas, sin que ella quiera ser Caperucita, pero eso sí, mostrando las orejitas del Lobo.

Paz y agenda progresista

El presidente Santos, en su discurso del 20 de julio, como corsario, de copete cartagenero, enfiló baterías en la dirección de la paz, contando eso sí, entre bambalinas con pavonearse con el PIB de Colombia que llegó a los US 347.000 millones de dólares, por debajo tan solo de los gigantes, Brasil y México, gigantes sí, en verdad, pero con pies de barro.

Porque los estamos viendo cojear, en particular, Brasil que ya echó mano a su riqueza petrolera; y México, ahora, se dispone a consumir el petróleo discrecionalmente, con la jugada del presidente “cara bonita”, botando por la borda el legado de Cárdenas y los acuerdos que hicieron célebres a los obreros corporativizados Fidel Velásquez y La Quina.

También saca pecho Santos diciendo que la pobreza extrema se redujo entre 2012 y 2013, bajando a 9.1 %, con la emergencia de 820.000 al ejército de la clase media, de la que tanto habló Juan José Sebrelli, cuando esta crecía en materia de consumo, para luego desinflarse un cuarto de siglo después en el triste “corralito” argentino.

En adición a lo dicho está la cifra del 6,4% de crecimiento del PIB en el trimestre anterior al 20 de julio, que nos colocó a la rueda de la economía china, que creció al 7, 4%, pero, que no hay que dudarlo viene en bajada, tal y como lo pronosticaron los estudiosos de la historia económica del capitalismo, y en primera fila, el nobel y columnista del NYT, Krugman. Y ni modo que no lo advirtamos.
Estas son las cifras con las que cierra el cuatrenio de la prosperidad, que parecen darle veracidad a una de las dos partes del imaginario de la tercera vía a la Santos, “la prosperidad”. Pero, por otra parte, este crecimiento es ilusorio, no es el sueño que se hizo realidad con James Rodríguez, porque la desigualdad colombiana no ha disminuido un ápice.

¿Cuál es el remedio para que la paz supere el escollo de la transición? Que Santos le jale a la democracia, y que en efecto de pie para que se desmantele el régimen para-presidencial, que no se ha desmontado, y que tiene su guardia pretoriana en las sillas del congreso, con capitanes bien caracterizados, los mismos que mandaron como avanzada, durante la primera presidencia de Uribe, a Mancuso, Castaño y Báez a visitar el Congreso.

Sin embargo, por lo pronto se quiere amordazar a la oposición de izquierda y a la democracia del debate en el Congreso, y para eso han puesto a los representantes de las clientelas de la costa para que hagan el trabajo sucio. También se disputa sobre la representación de las víctimas en La Habana, y se reclama que el PNUD no es imparcial en su selección, y todavía no se dice nada de la Nacional, como si el Centro de Pensamiento no fungiera como socio en esa tarea. Pronto veremos surcar el firmamento humo gris al respecto.

En cualquier caso, la democracia es asunto de multitudes, y no vocación de la extemporánea tercera vía, ni del embeleco llamado “Centro democrático”, donde incluso uno de sus intelectuales proclama que el suyo es un credo gramsciano. Por encima de esta contienda entre adversarios y enemigos, la Constituyente se impone, y con ella un tremendo trabajo de exposición de la verdad y auto-organización, de lo contrario esta paz será un chasco, y lo aprendido en otros procesos, un periódico de ayer.Tomado de Edición N° 00409 Caja de herramientas – Semana del 25 al 31 de Julio – 2014

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