Héctor Alonso Moreno
Profesor asociado – Universidad del Valle
El próximo 15 de junio los habitantes del Pacífico colombiano tenemos un compromiso con la historia política. Ése día, el voto ciudadano debe contribuir a definir uno de los dos rumbos diferentes por los que podría transitar el país en los próximos años. Se escoge entre un camino hacia la reconciliación definitiva de los colombianos y la construcción de una paz duradera a partir de la negociación del conflicto armado; o el camino pervertido de continuar por la senda del régimen político violento, paritario y excluyente del bipartidismo que sostienen unas elites que han hecho de la actividad política clientelar la mejor forma de patrimonialización de lo público.
Cali, ha sido una ciudad que ha influenciado todo el Litoral Pacífico. Electoralmente ha estado históricamente al lado de causas alternativas y ha sido tierra abonada para incubar ideas a favor de la lucha contra la opresión, la discriminación y por la paz. Parte de ello, se explica por los años de opresión y discriminación que sus pobladores han tenido que soportar a manos de una clase política tradicional, empresarial, latifundista y hacendataria, que en ocasiones ha recurrido a la violencia para mantener sus dominios.
En la primera vuelta de las elecciones para Presidente de la Republica, los caleños votaron mayoritariamente por las ideas liberales, por tercerías alternativas y por la solución negociada al conflicto armado. 128.886 votos a favor del Presidente candidato, seguidos de 110.022 votos por Clara López del Polo Democrático y 63.898 por la Alianza Verde, así lo confirman. Mientras que por el candidato uribista votaron 98.376 y por el conservatismo tradicional 100.584 votos; estos últimos muy amarrados a la red clientelar del actual gobernador del Valle del Cauca Ubeimar Delgado. En general, en el litoral Pacifico colombiano la votación por Oscar Iván Zuluaga fue de 362.714 votos, mientras que por el candidato Presidente fue de 672.029.
Todo parece indicar que para esta segunda vuelta presidencial, Cali y el Pacífico colombiano será una fuerza decisiva a favor de la continuidad de los diálogos en La Habana y de la paz. El reciente anuncio de que Cali será epicentro de una gran encuentro nacional a favor de las víctimas del conflicto armado llena de gran esperanza a miles de habitantes del Pacífico colombiano de ver por fin concretados sus sueños de justicia, verdad y reparación, y de no repetición de tanta violencia que han sufrido a manos de los diferentes actores armados.
Confiamos en que la presencia activa en el sur occidente del país en esta última semana de Clara López y de otros dirigentes nacionales de los verdes y de la campaña del presidente Santos, acrecienten estas cifras a favor de la superación del conflicto político armado y la paz y que Cali siga contribuyendo con su adhesión electoral a las causas de los más desfavorecidos y por la convivencia civilizada de los colombianos.
El Presidente candidato, ha apostado por el camino de la solución negociada del conflicto armado. Juan Manuel Santos, un hombre representante de la más recia estirpe Liberal bogotana y con viejas relaciones con el régimen político, parece hoy estar dispuesto a asumir compromisos con la historia al lado de los que queremos la paz con justicia social. El presidente Santos, pareciera que es consciente a todas luces que la culminación del conflicto político, económico, social y armado que azota al país, sólo puede ser lograda mediante la trasformación institucional de la organización del poder político de manera pacífica sobre la base de la ampliación de la democracia; lo que implica el desmonte del bipartidismo, ampliando las posibilidades de existencia y supervivencia de un modelo pluralista y multipartidista con justicia social.
Los diálogos de paz en La Habana parecen estar abriendo ese camino hacia un nuevo pacto político que genere cambios reales y concretos en múltiples facetas de la institucionalidad vigente. La negociación del conflicto político, a parte de los temas de la agenda, debe incluir otros temas tan complejos como el orden territorial del país, el modelo de representación y régimen político, las garantías y los derechos ciudadanos, la relación entre el poder civil y la fuerza pública, las relaciones internacionales basadas en la autodeterminación de los pueblos, la integración latinoamericana y por supuesto el tema del modelo de desarrollo económico; las posibilidades de alcanzar mayores derechos de prestación, entre otros.
Ese es el mandato que los caleños y gran parte el Pacífico colombiano de forma mayoritaria, daremos al Presidente en su propuesta de reelección. No se vota para que todo siga igual. Votaremos para que se profundice la democratización de la nación a través de la paz con justicia social.Edición Caja de Herramientas N° 00403 – Semana del 13 al 19 de Junio – 2014
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