domingo, 3 de junio de 2012

Organismos Distritales unidos para mejorar condiciones de seguridad en Altos de la Estancia


Junio 3 de 2012. La Unidad de Mantenimiento Vial junto al Fopae, la Caja de Vivienda Popular, la EAAB y la Alta Consejeria para la Paz, trabajan en la recuperación integral de la zona.

La UMV ha desarrollado labores tendientes a quitarle de encima el peso a más de 4 mil viviendas con sus familias y taponar las redes de alcantarillado para eliminar las aguas residuales.

Hoy, el área desocupada está delimitada con alambres de púas y con vallas que advierten del riesgo. Así mismo, el Distrito realiza jornadas permanentes para recoger basuras y escombros que los residentes de la zona arrojan en las quebradas.

De aquí en adelante siguen obras hidráulicas, que cuestan más de 130 mil millones de pesos, y que deben ejecutarse por etapas.

Después de estabilizarlo, hay que reforestarlo y, ahí sí, pensar en convertirlo en un gran parque de recreación pasiva, que es el único uso que, en adelante, tendrá este gigante que nunca volverá a ser el cerro fuerte que proporcionó parte del material con el que se construyó la ciudad.

CÓMO ESTABILIZA LA MONTAÑA la UMV.

1.            Hay que sacar el agua. Se restituirá el cauce de las tres quebradas (Santo Domingo, Carbonera y Santa Rita), se construirán canales superficiales para las aguas lluvias y se sacará el agua filtrada.
2.            Hay que coser el cerro. Para hacerlo se construirán tres muros para sostener la parte superior del mismo: en el Espino, en la Carbonera y en Santa Viviana y Vista Hermosa.
3.            Para contener el material que rueda, se construirán dos muros de tierra armada. Se extiende una capa de material, se compacta y se cubre con geotextil. Se repiten capas hasta 20 metros.
4.            Terraceo del cerro. Se excava y se confirman dermas (tipo escalones). La idea es organizar el cerro para que cada escalón salga a una quebrada y terminar con el drenaje del agua.
5.            Después de las obras de estabilización, vienen la reforestación y la recuperación. La DPAE anticipa que el uso ideal es un parque. Nunca más podrá haber vivienda, comercio o industria.

Qué ha pasado con las familias afectadas?

La Caja de Vivienda Popular ha reubicado a 3.604 familias en viviendas nuevas o usadas. Cada familia ha recibido, al menos, 50 salarios mínimos mensuales. Unas 101 familias reubicadas no recibieron ayuda económica porque no tenían derecho.

Actualmente, 551 familias están en el proceso. De ellas, 111 fueron reubicadas transitoriamente, mientras consiguen su nueva vivienda, y 213 están buscando a donde ir.

Todas estas familias salieron de los barrios Cerro del Diamante, San Antonio del Mirador y Santa Helena, que desaparecieron por completo, y del Espino, Mirador de la Estancia, El Rincón del Porvenir, Los Tres Reyes, San Rafael Altos de la Estancia, Carbonera II, Santa Viviana Vista Hermosa y Santa Viviana y Santo Domingo, de los que quedan unas pocas casas, todavía en zona de alto riesgo.

HISTORIA DE UN PROBLEMA

Enclavado en la localidad de Ciudad Bolívar está el cerro de Altos de la Estancia, en límites con el municipio de Soacha. El cerro comenzó a moverse hace 14 años y no ha parado. Hoy, un área del tamaño del parque más grande de Bogotá, el Simón Bolívar, está fracturada.

Son 110 hectáreas de las que desaparecieron casi cuatro mil viviendas, calles, avenidas y redes de servicios, por las grietas que se han abierto desde las entrañas de la montaña.

Por eso, desde el 2000 fue declarada como zona de alto riesgo y es monitoreada por la Dirección de Prevención y Atención de Emergencias (DPAE), con equipos electrónicos, que permiten detectar los movimientos del terreno.

Para los expertos se ha detectado que el movimiento es activo, continuo y dinámico, significa que la que se mueve es toda la montaña y que cada vez alcanza a más predios y barrios, como lo demuestran las cifras: en el 2000, sólo había 1.165 predios en peligro; en el 2004, la cifra subió a 4.752; hoy va en 5.401 y hay más de mil en observación.

A simple vista no se percibe el movimiento, pero al menos cuatro grandes sacudones, en 1998, 2000, 2004 y 2008, les pusieron en evidencia a los habitantes, hoy reubicados en otras zonas de la ciudad, que la montaña se está deslizando en serio.

El origen del movimiento que esta montaña se haya desestabilizado, al punto de no parar de moverse, es culpa, en primer lugar, de los explotadores de canteras, que extrajeron material de la base de la montaña durante 30 años y después la abandonaron sin recomponer y reforestar el cerro.

También es responsabilidad de más de 60 mil personas que entre los años 80 y 90 poblaron la montaña, desviaron el curso de las quebradas, cuando no las taponaron, y botaron en el cerro las aguas residuales.

Los técnicos dicen que, por su conformación geológica, con materiales mixtos, unos de roca dura y otros que se vuelven como jabón con el agua, el cerro tiene una predisposición a moverse. Pero, la mano del hombre fue el detonante, en un proceso que se gestó durante 50 años hasta que se volvió irreversible.

El cerro no dejará de moverse solo. Para estabilizarlo y evitar que otros barrios desaparezcan hay que intentar devolverlo a su estado natural, aunque las 110 hectáreas afectadas jamás podrán volver a ser utilizadas como vivienda, industria o comercio. Ni siquiera como sitios de parqueo.

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