Por: Amparo Gómez, directora de Sanarme. Es psicoterapeuta, especialista en desarrollo personal y familiar, con más de una década de experiencia acompañando procesos de sanación interior. terapiasanarme@gmail.com
Hace unos meses, una mujer llegó a una de nuestras sesiones con una pregunta que llevaba años doliéndole en silencio:
“¿Por qué, si lo estoy haciendo todo distinto, me pasa lo mismo que a mi mamá?”
Había estudiado, trabajado, criado a sus hijos con amor… y, sin embargo, la tristeza la alcanzaba igual. Sus relaciones se quebraban por dentro, aunque por fuera parecían estables.
Sentía un vacío constante, como si algo en su interior estuviera esperando algo que nunca llegaba.
“Estoy cargando algo que no entiendo… pero que pesa”, dijo.
Y no era la única.
Cada semana, personas diferentes, con vidas y edades distintas, comparten la misma sensación: algo invisible me detiene.
A veces en el amor.
A veces con el dinero.
A veces es una angustia sin nombre, una soledad interna, una falta de sentido… un eco silencioso que se instala en el alma.
Entonces aparece una verdad profunda que pocos nos enseñaron:
A veces no vivimos solo nuestra propia vida… también llevamos lo que no se resolvió en generaciones anteriores.
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Heridas no nombradas.
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Duelos no elaborados.
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Secretos silenciados.
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Ausencias no reconocidas.
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Relaciones rotas que dejaron cicatrices en el alma del sistema.
Todo eso se hereda.
No por la sangre, sino por la energía invisible que une a los miembros de un mismo linaje.
Pero lo que se hereda… también puede transformarse.
Lo que dolió en silencio… puede convertirse en luz, conciencia y propósito.
Test: ¿Estás repitiendo la historia de tu familia?
Respóndete con honestidad:
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¿Sientes que, aunque lo intentas todo, algo te bloquea?
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¿Te invade una tristeza profunda o un vacío sin explicación?
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¿Te cuesta recibir amor o confiar plenamente en tus vínculos?
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¿Hay historias que se repiten en tu familia (soledad, separaciones, sacrificios)?
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¿Te reconoces emocionalmente en tu madre o tu padre en aspectos que quisieras cambiar?
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¿Te cuesta avanzar aunque haces “todo bien”?
Si respondiste “sí” a dos o más preguntas, es posible que estés sosteniendo dinámicas familiares no resueltas.
Y eso, aunque no lo creas, sí se puede sanar.
El primer paso es mirar con otros ojos
En Sanarme acompañamos procesos de transformación profunda a través de espacios terapéuticos y espirituales como las Constelaciones Familiares.
Allí aprendemos a mirar la historia, no desde el juicio, sino desde el amor.
A honrar el camino recorrido… sin repetirlo.
Aquella mujer del inicio no cambió su vida en un día, pero dio un paso clave: devolvió lo que no era suyo, soltó la culpa heredada y eligió un camino diferente.
Hoy respira más liviana. Ya no siente ese hueco en el pecho que no sabía cómo llenar. Dice que volvió a sentir sentido.
Y eso, para ella, lo cambió todo.
Tu historia también merece florecer
Si este mensaje tocó algo dentro de ti, te invitamos a seguir sembrando conciencia.
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No importa si hoy solo lees por curiosidad…
Las semillas del alma germinan cuando el corazón está listo.
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