sábado, 21 de enero de 2023

El poder de la desinformación

 


Las comunicaciones modernas generan un poder aún no bien comprendido por miles de personas. Ello ha dado paso a la desinformación que ha determinado la caída de gobiernos populares como sucedió en Bolivia con Evo Morales,  de Dilma Rousseff en Brasil y el enjuciamiento de Lula da Silva, Igualmente los de Cristina Christner en Argentina y Rafael Correa en Ecuador, por no hablar del reciente derrocamiento del Presidente del Perú Pedro Castillo.

La pregunta del millón es… Y quien genera la desinformación, porqué y para qué. La respuesta podría ser la siguiente. En los países subdesarrollados ha sido tradicional que detenten el poder los poderosos imperios económicos nacionales y extranjeros generando con ello lo que podríamos denominar una “dictadura económica”. Esta dictadura es la que maneja los hilos del poder tras bambalinas. Es el poder en la sombra, el poder oculto que no deja ver sus afiladas garras.

Opera de la siguiente manera: Con su dinero respaldan candidaturas políticas de lo que hoy día se ha dado en llamar “títeres políticos”. Estos los hay de todos los tamaños y variedades de colores. No solo cuentan con el beneplácito de los grupos económicos, sino que los poderosos medios de comunicación que a su vez son de propiedad de los grupos económicos quedan al servicio de estos títeres políticos.

Con ello el pueblo es seducido y conducido para que esté de acuerdo con los propósitos e intereses de los grupos económicos.  

Los pulpos económicos ponen al pueblo a pensar como le conviene a sus intereses, pero a través de un juego hábil de palabras o malabarismo idiomático, hacen creer al pueblo que es en defensa de sus intereses.

Con ello logran obtener unas mayorías de representantes en el Congreso de la República y la Cámara de Representantes, lo que hace fácil que las leyes que les interesa sacar adelante cuenten con el respaldo mayoritario de estos congresistas traicioneros de la patria.

Es obvio que en la presentación de tales proyectos se hace creer que benefician al pueblo, cuando realmente no lo es. Baste recordar uno de las primeras medidas de Uribe en su primer periodo presidencial de suspender las horas extras de los trabajadores, con el cuento de favorecer el crecimiento del empleo en Colombia. Dicho empleo no se fomentó, y la gente no protestó contra ello. Lo real fue que el día del trabajador se alargó hasta las diez de la noche.

El que pulule desinformación es realmente preocupante y desgastante pero a los interesados en la conservación del poder les proporciona múltiples ventajas, entre ellas la obtención o conservación del poder.

No está de más recordar que poderosos medios de información como El Tiempo, ADN, El Espectador, Caracol Televisión, RCN Televisión, la poderosa cadena radial Blu Radio, RCN radio y sus decenas de emisoras, NTN24, la revista semana y otras decenas de revistas son propiedad de los grupos económicos. También sus canales virtuales.

Ello nos lleva a varias conclusiones. Por un lado tener claro que los grupos económicos le dicen a la masa popular o ciudadano del común, como debe pensar. Por otro lado entender como día a día se viene dando una campaña desinformadora hablando pésimamente de la labor de gobierno del actual Presidente de la República.

Se miente, se desinforma, se tergiversa o se omite información sobre los buenos resultados de esta administración. Con ello se busca generar zozobra en la población que genera paros y en últimas el derrocamiento de un gobierno elegido democráticamente, como ha sucedido en otros países centro y  suramericanos.

Por estos días se está organizando y llamando a los incautos a participar de un paro.

Al respecto comentaremos algunos punto con respecto a esta situación,  que tal vez orienten un poco sobre la que se busca con este tipo de informaciones llamando a paro.

Quienes están detrás de estas estrategias realmente son los poderosos grupos económicos, verdaderos afectados de las reformas estructurales que el país requiere para lograr equidad y el obtener recursos para adelantar las políticas públicas que permitan un verdadero cambio a favor del pueblo.

Estar uno en contra de estas necesarias reformas, es hacer las veces de idiota útil, al colocarse en defensa de los grandes monopolios que quieren evitar el pago de los impuestos que en justicia deben pagar.

Los poderosos grupos económicos que han detentado el poder, por medio de títeres políticos a su servicio, a la vez son los dueños de los poderosos y hegemónicos medios de comunicación del país.

En estos medios se paga bien a los periodistas serviles que defienden su salario mintiendo al país y generar indisposición contra el gobierno que trabaja por hacer las reformas que la equidad requiere.

Estas actividades que buscan alterar el orden público y desdibujar la imagen de un gobierno que promueve el cambio que de fin a ese período de corrupción que ha vivido el país los últimos 50 años;  en el fondo, es promovido por los poderoso grupos económicos a través de sus títeres políticos y sus medios de comunicación, políticos y periodistas serviles.

Ponernos del lado de los grupos económicos y sus intereses va en contravía de nuestros intereses como ciudadanos del común.

Con este tipo de actividades como el paro, lo único que se busca es generar indisposición contra el presidente y su gobierno para ir creando la atmósfera necesaria para a futuro generar un golpe de estado, como ha sucedido en otros países americanos y lo que anhela estas oligarquías contra el Presidente Petro.

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