Fitzgerald Moore
Historiador, Candidato a la maestría en Urbanismo, Universidad Nacional de Colombia.
Líder comunal y comunitario localidad 18 RUU
Lamentablemente y aunque NO sea parte importante de la discusión y aprobación del POT en el Concejo de Bogotá; nuestra localidad, SI, sale muy perjudicada con lo establecido en ese articulado; sobre todo, la parte alta (UPZ 54 y 55, que serían segregadas de las dos UPZs de la parte baja y MFS; convirtiéndose con otras cinco UPZ de Ciudad Bolívar y Usme, en la nueva localidad RUU, la tercera con más población, una de las más grandes y la peor planeada, sin infraestructura, sin sede de alcaldía, sin una sola avenida importante (todas quedaron a más de 12 años, es decir, "no antes de 20 o 50 años"; pero si utilizan su presencia en el mapa, para autorizar construcciones de 23 y 31 pisos (que ya se están construyendo), sin haber ampliado la red de servicios públicos domiciliarios y sin adelantar las obras de mitigación que corresponden en el sector de Chircales de Marco Fidel Suárez, convertida (junto con una zona segregada al Parque Entrenubes) en la zona de desarrollo de vivienda VIS y VIP, más importante de Bogotá --motivo por el cual quienes compren esos apartamentos tendrán (y ya lo han tenido que hacer en la Loma de San Carlos) que pelear con las Instituciones para que les hagan las obras que necesitan y al final, serán ellos y NO las constructoras, quienes paguen la plusvalía que generen esas obras y la ampliación de la red de servicios públicos domiciliarios) desordenada, desconectada y con la cárcel La Picota y el Relleno Doña Juana en su territorio)
La parte baja tampoco sale beneficiada, aunque se reúne nuevamente con la localidad Antonio Nariño (algo tradicional por su historia común) y una UPZ de Mártires, en la nueva UPL Restrepo; se le hiperdensifica, se le agregan procesos de gentrificación (deterioro social, de seguridad, del contorno, vetustez y aumento de impuestos y tarifas de servicios públicos, para obligar a vender al residente tradicional) y se le agrega a la UPZ 53 Marco Fidel Suárez, (que por los problemas de seguridad (pandillas, guetos, víctimas, desplazad@s, migrantes y paracos) NBI, gestión de riesgo y desarrollo social y económico, seguro se llevará la mayor parte del presupuesto local...) entre otros problemas por la NO ampliación de la red de servicios públicos y la saturación del espacio público disponible, sin equipamiento social de calidad y a disposición de los intereses de las grandes constructoras (se espera el impulso de un gran proceso de gentrificación en estos barrios, para demoler en masa manzanas enteras luego de años de deterioro, inseguridad y abandono estatal y, a pesar de algunos intentos por construir algunos edificios de 10 a 14 pisos, que igual serán referentes de lo que se proyecta para el sector, pero sin ninguna estrategia integral de conexión con el territorio y la comunidad que lo habita)...
Eso, sin hablar del deterioro de los parques, las vías, los canales y quebradas, el aire, el medio ambiente (NO se integro en este POT, como parques urbanos, el Cerro La Popa, la Loma de Santa Lucia, el bosque Ibari y ni siquiera el tradicional Bosque San Carlos --lo que permite su eliminación total en cualquier momento--) la seguridad, el espacio público, el comercio, el bienestar y la calidad de vida de quienes aún vivimos en estos "antiguos barrios obreros" (sólo convirtiéndolos en patrimonio histórico, podríamos salvarlos; pero eso es algo casi imposible, al enfrentar los intereses de los grandes constructores y sus aliados políticos, con la falta de unión, coherencia ideológica y de clase y, de aliados políticos reales, que tenemos como sur de Bogotá)
Por eso, aunque ningún concejal asumió la vocería en el Concejo, por el sur oriente de Bogotá, denunciando esto, que yo, Fitzgerald Moore, he venido referenciando como urbanista y relator de las dos sesiones presenciales donde supuestamente la administración distrital "construyo colectivamente" con la comunidad la elaboración del POT (nuevas, UPL Restrepo el 3 de junio en el IED Mercedes Nariño y, UPL Rafael Uribe Uribe el 12 de junio en el IED María Cano) ya que casi nada de lo que exigió y aprobó la Comunidad, en esas sesiones, fue incluido en el Proyecto de acuerdo 413, POT de Bogotá 2022 - 2035 (Centralidad Marruecos - Diana Turbay (NO Diana Turbay - Fiscala) en el sector de la Hacienda patrimonio histórico Los Molinos, junto con el Centro Felicidad (con piscina y biblioteca) en esta misma área y, la Casa de la Cultura multipropósito (que alrededor de un gran auditorio multipropósito integre las instalaciones de las Casas de la Cultura, Justicia, Juventud y Participación de la localidad, con sesiones de la JAL y la Alcaldía local, al menos dos (2) días a la semana) ni se incluyó la exigencia de la Comunidad, pidiendo el retiro tanto, de la Cárcel La Picota, como del Relleno Doña Juana (ahora cambiándole el nombre y ampliando en 131 ha. su extensión, para burlar el fallo que ordenó su cierre) ni se referenció la aprobación con la institucionalidad para incluir el sector de Diana Turbay como de importancia estratégica socioeconómica; ni se incluyó la exigencia especifica que hizo la Comunidad de NO otorgar licencia de construcción a esas nuevas torres de 23 y 31 pisos, sin que ANTES se construya en el corto plazo, la Avenida Antonio Villavicencio (actual Calle 48 sur) entre Avenida Caracas y Avenida Décima o Darío Echandía (para conectar el Portal El Tunal con el Portal 20 de julio, según trazado original aprobado desde 1964) y sin que se adelante la ampliación de la red de servicios públicos domiciliarios y se ejecuten las obras de mitigación de riesgo correspondientes (para que la plusvalía la paguen las constructoras y NO quienes compren esos edificios) ni se incluyeron como "bosques urbanos" protegidos, los bosques aún existentes del Cerro La Popa, la Loma de Santa Lucia, Ibarí, San Carlos, Fiscala y Cerros de Oriente; ni se vinculó la localidad como zona especial de desarrollo económico especial, por su participación en la cadena productiva, del calzado, la marroquinería y la confección (Tunjuelito produce materias primas, RUU transforma (talleres y fabricas) y Antonio Nariño, comercializa) ni se incluyó la culminación de la Avenida Guacamayas en el corto plazo (conectando el recorrido ya ejecutado hasta Diana Turbay Plan 95, con la Avenida Caracas por el trazado original desde San Agustín y la ladrillera San José, siguiendo el curso de la Quebrada La Chiguaza, hasta la Av. Caracas en el sector de Molinos (dándole salida al transito vehicular del suroriente de la ciudad) y NO el propuesto ahora por el director del IDU, Dr. Sánchez, por detrás de La Picota, que corresponde al trazado original de la Av. Darío Echandía, que con esta modificación propone destruir (tumbar) muchas casas del sector consolidado de Marruecos casas y apartamentos (algo innecesario si se respeta el trazado original) ni se incluyo en el mediano plazo, la construcción de la Avenida Décima o Darío Echandía, entre el sector de Lomas y Danubio azul, por lo menos, aunque lo lógico sería llevarla hasta la Autopista al Llano (prolongación de la Av. Boyacá desde la intersección con V. Caracas -sector El Uval- hasta el túnel al Llano)
La aprobación del POT para Bogotá, se ha dilatado en las últimas administraciones, por todo ese "negociado" de intereses (que NO tienen en cuenta el sur oriente de Bogotá) la codicia y "astucia" de las constructoras, la falta de equilibrio entre "cargas y beneficios", la inconsciencia social de las actuales administraciones de las Instituciones distritales encargadas y relacionadas con este tema y, la falta de criterios técnicos urbanísticos de proyección de ciudad inclusiva, verde (realmente) responsable social y ambientalmente, diseñada y construida colectivamente para asegurar su apropiación cultural, habitacional, arquitectónica, socioeconómica, ambiental y de proyecto de vida, entre quienes viven y van a vivir en Bogotá (NO como está proyectado este POT, desde las "leyes del Mercado", los principios del Neoliberalismo (donde la máxima utilidad con la menor inversión es la regla, para beneficio de una minoría "privilegiada" en detrimento de la gran mayoría de la sociedad, de la cual hacemos parte, TOD@S) y la argucia de "comprar conciencias" con burocracia o contratación; dejando a las leyes de "el más fuerte" el destino de Bogotá y su área metropolitana, con las consecuencias que ello tiene para el bienestar y la calidad de vida de millones de seres humanos)
Por todo esto Bogotá aún NO tiene un verdadero POT que proyecte la ciudad hacia el siglo XXI, quedándose en tecnicismos y leguleyadas que favorecen intereses decimonónicos (siglo XIX) a favor de unos pocos y siempre en detrimento del bienestar, progreso y calidad de vida, de la gran mayoría de bogotan@s y quienes llegan cada día a iniciar su nuevo proceso de vida, en la capital de Colombia.
Fitzgerald Moore
Historiador, Candidato a la maestría en Urbanismo, Universidad Nacional de Colombia.
Líder comunal y comunitario localidad 18 RUU
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