Del 28 al 31 de mayo, el Ministerio de Cultura, la Escuela Taller de Buenaventura y la Fundación Carvajal rendirán un homenaje a la cocina tradicional del Pacífico Colombiano y al investigador Germán Patiño, a través de un museo vivo en “Pacífico Cocina”.
Chontaduro, plátano, pescado, marimba, danza, tradición oral y música serán los protagonistas para que visitantes al stand del Ministerio de Cultura “Colombia Sabe: Las Cocinas del Pacífico” en el Centro de Eventos Valle del Pacífico, se sienten juntos a la mesa y disfruten de la riqueza y diversidad del patrimonio culinario de esta región colombiana.
En el stand de MinCultura, se ofrecerá una programación de muestras vivas y a través de ellas se realizará un recorrido por las cocinas regionales de Nariño, Cauca, Valle y Chocó. En esta ocasión se pondrá en escena la cultura material e inmaterial del Pacífico colombiano asociado a los saberes de sus cocinas tradicionales.
En Pacífico Cocina el Ministerio de Cultura ha encontrado un importante espacio, tanto para el reconocimiento de las cocineras y los cocineros tradicionales del Litoral, como para la difusión y el conocimiento de las cocinas tradicionales de esta región.
Encocado de Piangua, empanadas de jaiba, arrechón y colada de piña son algunas de las preparaciones que los asistentes podrán presenciar y probar en vivo, mientras cocineras como Ana Cecilia Rojas cuenta cómo aprendió a cocinar y lo que significa para ella la cocina de esta región.
En el marco del evento, el Ministerio de Cultura realizará también un homenaje al investigador Germán Patiño Ossa, creador del Festival Petronio Álvarez y gran precursor de las cocinas tradicionales de Colombia, por su constante trabajo en la divulgación de la cultura del pacífico colombiano.
El Ministerio de Cultura de Colombia, en el marco de la implementación de la Política para el Conocimiento, la Salvaguardia y el Fomento de la Alimentación y de las Cocinas Tradicionales de Colombia, pretende, entre otras actividades, la identificación, la valoración y la preservación de las cocinas tradicionales como sistemas de identidad, pertenencia y bienestar de la nación y el reconocimiento de las mismas como parte de nuestro patrimonio cultural inmaterial.
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Breve recorrido por las cocinas del Pacífico
La historia de las cocinas del Pacífico colombiano transcurre entre el pianguar en medio de las raíces de los olorosos mangles cuando la marea está baja, y las sudorosas manos de las negras que rallan el coco con la conchita de algún bivalvo, un trozo de la coraza envolvente del coco, una tapa de refresco, o un pedazo de segueta metálica transformada, una lata de aceite o de lo que sea, a la que se le abren huequitos muy seguidos para transformarla en el rallador que habrá de proporcionarles el coco rallado para elaborar la leche, néctar aromático y rico en sabores que al mezclarse con la chillangua, la albahaca, el orégano, y otras hierbas de ‘zotea’, nos proporcionarán los sabores de los encoca’os, infinitos en variedad como las arenas grises de las playas del Pacífico.
Estas cocinas saben a palmas de manos de negras corpulentas y deliciosas, a la magia de sus caderas, al blanco de sus dientes como de nuez de coco, al brillo erotizante de sus ojos, al sonoro ritmo de sus arrullos, alabaos y chigualos, a guazá, cununo y marimba, a tambora y a redoblante cuando se trata de acompañar la fiesta del santo patrón. Son cocinas remojadas en las misteriosas y mágicas bebidas que manan de los sacatines o alambiques artesanales para adornarse con nombres tan pícaros como sonoros, y tan embriagadoras como lascivas: viche, vinete, curada, arrechón, tomaseca, tumbacatre, parapicha, abrecuca y lengua e’ lija.
Estas son cocinas en las que las mujeres de cuyas manos y cazuelas surgen tan magníficas viandas, se preocupan porque la piel del pescado que fritan sea crocante y la carne en su interior permanezca tierna y jugosa; que la tostada de plátano sepa a mar y tierra, a brisa marina y a viento de montaña; que la cazuela de mariscos sea abundante en cantidad calidad y sabor, sin preocuparse por nimiedades como darle altura a las preparaciones con las que va a festejar el paladar de sus comensales.
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