Luis Eduardo Celis
Investigador de Derechos Humanos
Primera parte
Cursada la primera vuelta Presidencial, es bueno preguntarse por algunas dimensiones del conflicto armado que tienen que ver con este hecho político de la mayor importancia para Colombia.
La primera anotación que debe darnos aliento para seguir en la brega de cerrar esta confrontación armada de medio siglo, es que las elecciones del domingo 25 de mayo fueron las menor interferidas por la acción guerrillera de las últimas tres décadas. El domingo en que se desarrollaron las elecciones que dieron como ganador a Belisario Betancur en mayo de 1982, fueron más movidas y con acción guerrillera y ni que decir de ahí para adelante.
Sobre el tema de la tregua, el Observatorio sobre conflicto armado en Colombia de la Fundación Paz & Reconciliación concluyó que durante los 10 días de la tregua anunciada por las FARC, en el marco del proceso electoral, se presentaron 3 acciones armadas, dos por iniciativa de la Fuerza Pública y una en la cual existen dudas sobre la forma en la que se produjo el hecho.
La tregua que de manera unilateral decretaron FARC y ELN; que cumplieron, es una muestra del interés de las guerrillas de jugar políticamente, distensionando el conflicto y mostrando una capacidad de mando y control que permanentemente se les cuestiona, pero que una y otra vez las FARC, en las treguas anteriores, la tozuda realidad evidencia que una cosa son los hechos y otra la crítica sin fundamento, FARC y ELN mantienen su cohesión interna y la capacidad de frenar o activar su accionar.
Otro tema interesante a considerar, es cómo se mantiene la tendencia, en todas las elecciones Presidenciales desde 2002 en los departamentos de mayor intensidad del conflicto, donde de manera amplia gana el Uribismo, esto ha pasado en Arauca, Guaviare, Putumayo, Caquetá, Huila y Meta, lo cual debe ser leído como la fatiga y hastío ante tanta violencia, el único departamento donde el conflicto armado es intenso y gana el Presidente Santos, es el Cauca, que se puede explicar por una dinámica social que ha resistido a la guerra y que toma total distancia con el Uribismo.
Sobre la Costa Caribe, donde ganó el paramilitarismo una confrontación entre 1995 y 2003, desalojando o arrinconando a pequeños bolsones a la guerrilla, hay que hilar con mayor finura por que en los siete departamentos gana el presidente Juan Manuel Santos, sin excepción, lo cual llevaría a preguntarnos si es que las dinámicas de la parapolítica han sido controladas, disminuidas o se han asimilado a un presente, donde cambien de ropaje político, según conveniencias concretas y han dejado a un lado su discurso contrainsurgente y están más en la asimilación a una legalidad que les permita ejercer su poder con mayor discreción.
En un escenario de negociaciones en curso con las FARC y una mesa pendiente con el ELN y en un debate presidencial que continúa, es previsible una nueva declaratoria de tregua conjunta en el mismo formato, anunciada con poca anterioridad y cumplida.
El conflicto armado y sus perspectivas de resolución negociada, han copado el centro del debate presidencial y estamos asistiendo a un “acomodamiento” del Uribismo, pero ese es un tema para la próxima semana. Tomado de Caja de herramientas - Viva la ciudadanía. Edición N° 00401 – Semana del 30 de Mayo al 5 de Junio – 2014
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