Educar Consumidores
como una organización que vela por la salud humana y ambiental, comunica
al público que rechaza la iniciativa de la empresa Postobón® con su nuevo
producto KUFU lanzado en la Guajira, porque es una estrategia de
posicionamiento de un nuevo producto, que no contribuye a la salud
nutricional de la niñez, y su lanzamiento se aprovecha de la
vulnerabilidad y la tragedia que viven los niños, niñas y en general las
familias de la Guajira.
Según el comunicado de
prensa emitido por Postobón®, KUFU es una bebida fortificada con
vitaminas y minerales, que pretende garantizar la seguridad alimentaria. Dicha
bebida supuestamente fortificada se encuentra disponible en dos
presentaciones con las cuales según declaraciones de Miguel Escobar, presidente
de Postobón®, en el diario La República, la empresa está “contribuyendo a la construcción de un mejor
futuro para los niños y niñas de Colombia afectados por la inseguridad
alimentaria. Esta bebida de carácter social ayuda a cambiar y a mejorar sus
hábitos alimenticios”[1].
Estas afirmaciones atentan
contra la verdad y muestran un comportamiento poco ético al anteponer los
intereses económicos de la empresa queriendo posicionar un nuevo producto
embotellado o envasado que no puede solucionar los problemas de seguridad
alimentaria y mucho menos “mejorar” los hábitos alimentarios de la
población de la Guajira. Las razones son simples, desde la Organización Mundial
de la Salud se ha hecho especial énfasis en que los Estados promuevan la
disminución del consumo de bebidas endulzadas por su demostrada relación con la
obesidad[2], enfermedad cardíaca,
diabetes y algunos tipos de cáncer, esto sin contar con los efectos negativos
que tienen sobre la salud los edulcorantes artificiales y los aditivos que
contienen estas bebidas.
Es cierto que los pueblos
indígenas en la Guajira tienen graves problemas nutricionales, siendo la
población infantil la más afectada. Sin embargo, no es con este tipo de
productos que se resuelve la problemática, y mucho menos ofreciendo
transformaciones en los hábitos alimentarios tradicionales, con base en mentiras
frente al poder nutricional de estas bebidas. La historia de estos pueblos
indígenas muestra como los procesos de aculturación y de imposición por parte
de la sociedad mayoritaria y de consumo, de hábitos alimentarios ajenos a la cultura, han sido
una de las causas de la situación que se vive actualmente.
La publicidad que está haciendo Postobón®, en torno a
esta bebida, utilizando la situación de vulnerabilidad por la que están pasando estos pueblos, no es ética, pretender
llegar como mesías, con “productos salvadores”, que van a dar respuesta a unas
necesidades, es continuar con los procesos de
negación de los conocimientos
ancestrales de estos pueblos en torno a hábitos alimentarios; es atentar contra
la pervivencia y sobrevivencia de estos pueblos.
Estos
aparentes salvavidas están llenos de conflictos de interés, son
insostenibles económicamente en el tiempo, son insostenibles ecológicamente por
los desechos que genera su consumo y son un riesgo potencial para la salud
de quienes los consuman.
Está claro que la población
de la Guajira necesita soluciones que le garantice el suministro y consumo de
agua potable pública, fuentes de agua sin contaminantes para sus actividades
agropecuarias, promoción, protección y apoyo a la lactancia materna, promoción
de alimentación saludable con alimentos sin procesar o mínimamente procesados,
preparaciones autóctonas de la región y respeto a su identidad
cultural. Está claro también que con productos azucarados o edulcorados
artificialmente, ningún niño, niña o adulto, encontrará la satisfacción de sus
necesidades alimentarias, pues como lo han manifestado la OMS y ahora en
Colombia la Sociedad Colombiana de Pediatría y el Comité de Pediatría Social,
las bebidas endulzadas no tienen los componentes necesarios para el buen crecimiento
y desarrollo humano.
Por lo anterior, Educar
Consumidores insta a las autoridades competentes, Ministerios de Salud y
Educación, INVIMA, ICBF y la SIC a tomar las medidas urgentes y necesarias para
evitar que la salud de los niños y niñas en la Guajira empeore como
consecuencia del consumo de un producto potencialmente nocivo.
De igual manera insta a los pueblos indígenas de la
Guajira, a sus organizaciones y
sabedores a pronunciarse y evitar que se les siga vulnerando sus derechos.
Pronunciamiento que ojalá sea acompañado por las organizaciones nacionales
indígenas como la ONIC.
Bogotá 15 de septiembre de 2017.
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