Aunque la bici ya era parte de su vida (porque todos los días iba a la universidad en ella, recorriendo de sur a centro la ciudad), encontró un trabajo para ocupar su tiempo libre como guardiana de la ciclovía. Esta experiencia, la llevó a analizar que las mujeres poco utilizan el vehículo de dos ruedas para hacer deporte y tampoco lo contemplan como medio de transporte. Entonces, comenzó a diseñar lo que sería luego, uno de los proyectos más importantes para las mujeres bogotanas.
‘Curvas en Bici’, ha ido creciendo poco a poco, pero con mucha fuerza. “Fue muy complicado encontrar personas interesadas en el tema y que contaran con el tiempo para dedicarle al proyecto”, asegura Ángela. “Pero poco a poco, se fueron uniendo mis familiares, mis amigas y sus amigas, todas ellas, mujeres que se apasionaron por el proyecto y decidieron trabajar en serio y viendo hacia el futuro”. Al comienzo, la organización se enfocaba en la convocatoria de ciclopaseos nocturnos, pero con el tiempo, y viendo las necesidades de las usuarias, se promovieron talleres de mecánica básica, que tuvieron muy buena acogida.
Los recorridos en Bogotá fueron pequeños para estas emprendedoras. Comenzaron a convocar las biciusuarias a travesías más grandes, por las carreteras que rodean la ciudad. Chía, Tabio, el Salto del Tequendama y el Alto del Sisga, fueron los retos físicos más atractivos para las mujeres que interesadas en las actividades deportivas de alto impacto.
Así, travesía a travesía, el grupo de lideresas se fortaleció durante ese primer año de trabajo. Hoy son siete mujeres las que conforman un equipo multidisciplinar (psicólogas, ingenieras ambientales, expertas en salud ocupacional); una familia que está comunicada 24 horas al día y que además de retarse físicamente, se posiciona como una organización que se preocupa por el rol de las mujeres en la sociedad, el empoderamiento femenino y la movilidad de la ciudad. “Queremos que las chicas no solo digan: con Curvas en bici hacemos deporte, sino que también aprendan de mecánica, de comunicación, de derechos, de valores y liderazgo, para que juntas hagamos ciudadanía”, dice Ángela con el entusiasmo que la caracteriza.
Actualmente, Curvas en Bici tiene un promedio de 100 participantes activas (entre los 19 y 56 años) y está enlazada con otras organizaciones o colectivos juveniles, que le apuestan a proyectos similares en torno a la bici y la movilidad. La Alcaldía Mayor, reconoció en 2018 esta iniciativa como una de las más importantes en la ciudad, a través de la estrategia ‘Bogotá Líder’, un programa creado para fortalecer organizaciones sociales juveniles, que durante tres años ha estado a cargo del Instituto Distrital de la Participación y Acción comunal – IDPAC.
Según la creadora de este emprendimiento femenino, el proceso con Bogotá líder fue bastante enriquecedor para la organización: “Logramos tener un mayor impacto en la ciudad; llegar a más mujeres por medio de los talleres de funcionamiento de la bicicleta y tener incidencia en la ciclovía, un espacio que aprovechamos para contarle a la gente la historia de la bici al tiempo que le enseñamos cómo transitar con ella. Cada día logramos transmitirle a más chicas nuestra pasión, porque para nosotras, la bicicleta ya es como una parte de nuestro cuerpo, no salimos de nuestra casa si no es sobre esas dos ruedas”.
El último reto de Curvas en Bici, se llama “Londonderry” y consiste en llegar a Santa Marta en bicicleta. La salida de Bogotá, fue el 12 de diciembre de 2018 y durante su recorrido, las 10 mujeres que emprendieron esta aventura, han demostrado su fuerza.
Hoy, a menos de 400 kilómetros de su meta, han soportado el frío y el calor, algunas fallas mecánicas y situaciones de convivencia, pero no se han rendido. En cada reporte (publicado en las redes sociales del IDPAC), hemos evidenciado el vigor y buena energía que acompaña cada uno de sus pedalazos.
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