Por Redacción Colectivo Notas de Acción
Bogotá, 29 de julio de 2025
En un hecho sin precedentes para la historia judicial y política de Colombia, el expresidente Álvaro Uribe Vélez fue declarado culpable por los delitos de soborno en actuación penal y fraude procesal. El fallo, emitido en primera instancia por la jueza Sandra Liliana Heredia, marca la primera vez que un exmandatario colombiano es condenado penalmente por hechos ocurridos después de haber dejado la presidencia.
Una historia que comenzó con una denuncia
El caso se remonta a 2012, cuando Uribe denunció al entonces senador Iván Cepeda, acusándolo de manipular testigos para vincularlo con grupos paramilitares. Sin embargo, en 2018, la Corte Suprema archivó el proceso contra Cepeda y, en cambio, abrió una investigación formal contra Uribe por supuesta manipulación de testigos a través de su abogado Diego Cadena.
Durante el proceso, se recolectaron más de 27.000 horas de interceptaciones telefónicas y múltiples testimonios que, según la Fiscalía, evidenciaron una estrategia para desacreditar a exparamilitares que declaraban en contra de Uribe y su entorno.
Del Senado al banquillo
En agosto de 2020, la Corte Suprema ordenó detención domiciliaria contra Uribe. Poco después, renunció a su curul en el Senado, perdiendo su fuero y pasando su caso a la Fiscalía General de la Nación. A partir de entonces, se vivieron años de controversias judiciales, intentos fallidos de precluir el caso y creciente presión mediática y política.
En abril de 2024, la fiscal Luz Adriana Camargo formalizó la acusación por tres delitos: soborno en actuación penal, fraude procesal y soborno simple. Durante el juicio oral iniciado en febrero de 2025, desfilaron decenas de testigos, entre ellos el exparamilitar Juan Guillermo Monsalve, pieza clave de la acusación.
El veredicto
El pasado 28 de julio, la jueza Heredia leyó el fallo condenatorio. En su decisión, concluyó que Álvaro Uribe tuvo conocimiento y participación directa en una estrategia para influir ilegalmente en declaraciones de testigos con el fin de beneficiarse judicialmente. Fue absuelto del cargo de soborno simple, pero declarado culpable por los otros dos delitos.
¿Qué sigue?
Aunque la pena exacta aún no ha sido anunciada, se prevé que se conozca en los próximos días. Por su edad (73 años) y condiciones legales, la defensa espera que Uribe pueda purgar su eventual condena en detención domiciliaria.
El expresidente ya anunció, a través de sus abogados, que apelará la sentencia ante el Tribunal Superior de Bogotá. El proceso podría escalar hasta la Corte Suprema de Justicia en caso de casación.
Un precedente histórico
El fallo ha generado una profunda división en el espectro político y ha despertado una fuerte reacción en la opinión pública. Mientras sectores celebran la decisión como una muestra de que la justicia puede alcanzar incluso a los más poderosos, simpatizantes del exmandatario la califican como una persecución judicial con fines políticos.
Lo cierto es que, tras más de una década de investigaciones, el caso Uribe ha dejado una huella imborrable en el sistema judicial colombiano, y su desenlace marcará un antes y un después en la relación entre poder político y justicia en el país.
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