Por
Fernán Avid Medrano Banquet @FernanMedranoB
A Mariana Pajón se le olvida lo que
reza el refrán popular colombiano: « Entre bomberos no nos pisamos la
manguera». Ella es una excelente bicicrosista. A no dudar. Pero, ¿mala colega?
Tal parece que sí. Nairo sí sabe lo que es trabajar de sol a sol. Es un joven
acostumbrado a recoger papa en los campos de Boyocá, como campesino puro y duro
que es. En cambio, Mariana es una deportista de élite, pero de la élite de
Antioquia. Y nada más.
Nairo es un digno representante de Colombia, sobre todo,
de la tradición boyacense: son personas tranquilitas, amables y sosegadas, pero
son asimismo muy sinceras, y tienen garra.
Yo creo que Mariana Pajón es una
maleducada, cuando manda callar a Nairo. Malcriada e irrespetuosa.
Nairo, como
pocos deportistas, ha tenido el valor civil de expresarse, de manifestar su
inconformidad. Y eso es demasiado. Él está en su total facultad de hacer efectivo
su derecho a la libertad de expresión. La mayoría de los deportistas se
encuentran presos por el miedo al desempleo, y por eso callan.
Nairo debe
seguir pedaleando, por supuesto, pero de igual manera debe seguir reclamando la
dignificación del deporte y los deportistas colombianos.
Mariana Pajón no
parece de los nuestros –diría un andrajoso personaje de Oscar Wilde–, su cara
es demasiado feliz. Tal vez desconozca el sabor de la aguapanela. Sin embargo,
me gusta pensar que Nairo es un caballero a carta cabal y no se trenzará en una
discusión inútil con Mariana Pajón.
De todas maneras, hay que decir: «Nairo, tu
voz sí ayuda. Nairo, no te calles. Nairo, te invitamos a que sigas
exteriorizando lo que no te gusta». ¡Adelante, campeón!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por su comentario.
Si usted está interesado en recibir noticias de nosotros, suscríbase a nuestro informativo.