miércoles, 1 de julio de 2015

Es posible un nuevo modelo económico?

Por: Alvaro Hoyos Ocampo - Edil Localidad Antonio Nariño

alvaroh23@gmail.com www.alvarohoyosocampo.com

Intentar pensar, hablar, convencer sobre la posibilidad del establecimiento de un modelo económico alternativo, pareciera un “anatema sit” (Sea excomulgado), en medio de un modelo económico globalizado e impactado por las corrientes sofocantes y neoliberales del siglo.

Por doquier y en cada espacio socio – político se enarbolan las banderas de la igualdad y la inclusión social cuando se hace referencia al más grande de los males que agobian nuestro País y en general al pueblo latinoamericano: La desigualdad social.

Disminuir la brecha de la desigualdad es el enunciado teórico y oportunista en los informes de gestión pública, pero además de retórica parroquial es un sin sentido dada la ausencia de propuestas innovadoras y de valor agregado, hecho que refleja la falta de interés en la construcción de políticas públicas, o la ignorancia o incapacidad de los administradores públicos de turno.

Es pertinente por lo anterior, hablar de economía social no para hacer referencia a economía de los pobres o economía popular sino al gran modelo transformador y que agrega sentido al concepto de asociatividad con un solo objetivo cual es la democratización de las utilidades, teniendo como epicentro al ser humano.

Es urgente una convocatoria institucional que invite a todas las organizaciones de la sociedad civil que existen en registros pero son los grandes ausentes operativos y que han desfallecido y abandonado el objetivo para el cual fueron creadas, dadas las dificultades administrativas y financieras, obstáculos que inmediatamente surgieron cuando apenas iniciaban su vida institucional, en gran parte por una mala planeación, o indebida formulación de su proyecto o plan de negocios.

Así mismo, una convocatoria a los movimientos sociales, universidades y organismos locales que promocionan otras formas de organizar el trabajo, la producción, distribución y consumo de los bienes y servicios.

Puesto que las economías son construcciones políticas y no el resultado de una evolución natural de procesos, se hace necesario la gran convocatoria social que además de la formación de grupos de opinión sean simultáneamente grupos de presión para que la administración pública intervenga como actor neutralizador e interventor en la formación de sociedades estables que organicen al interior procesos económicos en que participen los miembros.

Otras economías sí son posibles……modelos económicos naturales o comunitarios cuyo objeto sea el aseguramiento de la sustentabilidad ecológica y sostenibilidad social, para asegurar la autosuficiencia de todos los miembros o grupos que comparten los diferentes medios de sustento.

Nuestra propuesta apunta a convertir el gasto público de las localidades en inversión social, con la cual se puedan fortalecer emprendimientos basados en la economía social y solidaria, asegurando la sostenibilidad de los mismos y entregándolos a las organizaciones de la sociedad civil que demuestren competitividad, sostenibilidad y rentabilidad que garantice su distribución social.

Con el mejoramiento del desempeño del gasto público aumentamos su eficiencia y finalmente, se puede garantizar la relación costo/beneficio – social, instrumento transformador para un nuevo modelo económico.



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