El movimiento LGBTI,a pesar de que lleva varias décadas de la decisión mundial de combatir la homofobia, aún para unos sectores retrógrados la homosexualidad es vista como una "anormalidad" y una"enfermedad" que puede y debe ser curada a punta de castigos físicos, de terapias psicológicas o de oraciones religiosas.
Expresan: "Dicen que no entienden el sentido de nuestra lucha; pero honestamente no hay mucho que entender, sencillamente hay una gente heterosexual y una gente con otras orientaciones sexuales e identidades de género; y para vivir en paz se necesita no tolerar, sino insertar en la cotidianidad el valor positivo de la DIVERSIDAD expresado en el respeto al que tod@s tenemos derechos por el sólo hecho de ser humanos.
Actualmente, gran parte de los altos índices de prejuicio que ocasionan matoneo o bullying, son derivados de la baja calidad en temas de educación sexual y de la influencia religiosa que señala a los homosexuales como "pecadores" señalando a los actos de afectividad homosexual contrarios a la ley de un Dios que llamó al respeto y al amor al prójimo.
En Colombia en 1980 la homosexualidad fue dejada de considerarse delito y gracias a la Constitución Política Nacional de 1991 se permitió el derecho al libre desarrollo de la personalidad (Artículo 16) que ha sido defendido en reiteradas sentencias por la Corte Constitucional.
Ni enfermos, ni delincuentes, las personas de los sectores de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Transgéneros e intersexuales (LGBTI) hemos avanzado sin miedos en la lucha para que disfrutemos de los mismos derechos que los heterosexuales.
A pesar de lo anterior, en éste país el Congreso de la República ha negado reiteradamente el proyecto de ley para legalizar los matrimonios entre personas del mismo sexo; la Procuraduría ha cuestionado públicamente a la Corte porque ésta considera que tenemos iguales derechos; y en alguna parte de la población la diversidad sexual es mal vista, bajo la complacencia del gobierno nacional que pocos esfuerzos ha hecho para lograr que sean aceptadas las distintas orientaciones sexuales e identidades de género.
Nos preocupa que el Estado es ineficiente, impotente e insuficiente ante hechos y ataques homofóbicos contra personas LGBTI. Y que, a pesar de que existe una ley, tampoco haya una campaña efectiva para evitar el matoneo o bullying especialmente en establecimientos escolares. Tampoco vemos acciones eficaces para frenar el suicidio juvenil de homosexuales. Hechos todos estos que van en contra de la vida y dignidad de los individuos.
La sociedad colombiana debe tener claro que seguiremos adelante luchando por la LIBERTAD y la IGUALDAD que queremos y nos merecemos."
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