miércoles, 24 de abril de 2013

Estudio muestra que el acceso al cuidado de la primera infancia aumentó en la ciudad


En el mes de los niños y las niñas:
  
El 10% de la población bogotana corresponde a la primera infancia. Por sexo, el 51% corresponde a niños y el 49% a niñas.

Bogotá, Abril 24 de 2013. Según las proyecciones de la población, en Bogotá viven 715 mil niños y niñas entre los 0 y 5 años. Kennedy alberga la mayor proporción de menores (15%), seguida de Suba (14%), Ciudad Bolívar (11%) y Engativá (10%). Otras localidades, como Usme, Bosa, Sumapaz, San Cristóbal,  y Rafael Uribe Uribe, también están por encima del promedio de toda la ciudad.

Por el contrario, en Santa Fe, Antonio Nariño, Los Mártires, Teusaquillo, Chapinero, La Candelaria y Sumapaz los niños representan menos del 2% de los habitantes. Por edades, en la mayoría de las localidades hay mayor número de infantes entre los dos y los tres años.

Esta información es el resultado de un estudio sobre la caracterización de los niños y niñas menores de cinco años realizado por la Secretaría Distrital de Planeación, el cual presenta un diagnóstico con los principales indicadores en torno a la primera infancia, a partir de la Encuesta Multipropósito de Bogotá (EMB 2011).

Primera infancia: “bases para el desarrollo cognitivo”

“El Plan de Desarrollo Bogotá Humana da prioridad a la primera infancia, por lo que ésta es un punto de atención de las políticas públicas debido que al mejorar las condiciones de vida de los niños y niñas se amplían las capacidades de las personas para aumentar su calidad de vida. En los cinco primeros años, los seres humanos desarrollan un altísimo porcentaje de las capacidades cognitivas y psicosociales que permiten sentar las bases para seguir creciendo y desarrollándose en el resto de los ciclos vitales”, aseguró Roberto Prieto, subsecretario de Información y Estudios Estratégicos de la Secretaría de Planeación Distrital -SDP-.

La atención integral a la primera infancia debe garantizar el derecho a la salud, nutrición, vacunación, protección contra los peligros físicos y la educación inicial. De esta manera, se considera que un menor se encuentra en bienestar si accede simultáneamente a estos derechos, es decir, que deben estar cubiertos por el Sistema General de Seguridad Social en Salud, permanecer al cuidado de un adulto responsable o asistir a un hogar comunitario, guardería o preescolar, y recibir alimentación en el lugar donde permanecen la mayor parte del tiempo. Los hogares con al menos un niño sin acceso a todos estos servicios se consideran en privación del cuidado.

Se redujeron las barreras de acceso para el cuidado de los menores

De acuerdo con el resultado del estudio, la proporción de hogares con barreras de acceso a servicios para el cuidado de la primera infancia ha disminuido, pasando de 16,4% en el año 2013 a 15,7% en el 2011, lo que significa una reducción de 0,7 puntos porcentuales, es decir, hay mayor atención en el cuidado de la primera infancia.

De esta manera, en las localidades de Barrios Unidos, Santa Fe, Suba, Los Mártires y Teusaquillo disminuyó la proporción de hogares pobres con barreras de acceso para el cuidado de la primera infancia. En Usaquén, la mitad de estos hogares con pocos recursos reportó carencias en el acceso al cuidado de los menores. En Ciudad Bolívar, cuatro de cada diez de estas familias tiene privaciones.

La salud en la primera infancia

El control de crecimiento y desarrollo también hace parte del cuidado integral de los menores de 5 años. El estudio reportó que el 85% de los niños tuvo este tipo de consulta por lo menos una vez en los 12 meses anteriores a la encuesta. En la medida que aumenta el número de controles, disminuye la proporción de pacientes atendidos. De cada diez niños, cinco asistieron al control dos veces al año; tres, a una o dos citas más; uno tuvo de cinco a seis consultas y menos de uno fue siete o más veces.

En Teusaquillo, Barrios Unidos y Chapinero, la proporción de niños que asistió a controles de desarrollo y crecimiento superó el 90%. Ciudad Bolívar, San Cristóbal, Bosa, Puente Aranda, Suba, Usme y Antonio Nariño están por debajo del porcentaje de Bogotá, es decir, que más de dos o tres niños de estas localidades no asistieron a la consulta.

Las enfermedades más comunes entre los menores son tos, 41%; fiebre, 25%; diarrea, 11% y  dificultad para respirar, 9%. En las localidades de Santa Fe y Engativá, un poco más de la mitad de los niños registró episodios de tos a lo largo del año, mientras que los casos de fiebre se presentaron en una mayor proporción en las localidades de Ciudad Bolívar (25%), Los Mártires y Tunjuelito (23%). En Santa Fe también se presentó la mayor proporción de afectados con diarrea (18%) y con dificultad para respirar (16%).

El papel de los padres

En el crecimiento de los niños no sólo es importante su atención integral y acceso a los servicios, también es indispensable su desarrollo emocional, determinado principalmente por la atención y la calidad de tiempo que dedican los padres a los menores.

Según la investigación, las madres comparten más tiempo con los pequeños. De cada diez de ellas, ocho cantan, leen o les relatan cuentos a sus hijos, o comparten con ellos por lo menos una comida al día; siete salen al parque; y solo dos practican algún deporte con ellos. Los padres prefieren ir con los niños al parque (menos de seis de cada diez lo hacen); y cinco les cantan, leen, o comparten una comida al día con los menores. Sin embargo, una alta proporción de papás (16%) no comparte con sus hijos, mientras que en las mamás este grupo representa el 2%.

Los resultados de este estudio demuestran “los avances que la ciudad ha tenido para garantizar los derechos inalienables y fundamentales de la infancia como salud, nutrición y educación. Sin embargo, es indispensable incrementar las acciones dirigidas a la formación de padres, madres, acudientes, cuidadores, maestros y la sociedad en general, para garantizar otros derechos, menos explorados y garantizados, como la participación y la diversidad, los cuales también hacen parte del actual Plan de Desarrollo de Bogotá Humana 2012-2016”, concluyó Armando Palencia, director de Estudios Macro, de la SDP.

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