Manifiesto
(Carrera 77A con Calle 64, Mercado Campesino Villa Luz de 9am- 4pm)
Organizaciones indígenas, afrocolombianas, campesinas, sociales y ambientales de la economía popular, convocan a la ciudadanía para que este 20 de octubre, se una al manifiesto por la defensa de la libertad de semillas en Colombia y el rechazo a las políticas y normas de semillas expedidas por el gobierno nacional, impuestas con los Tratados de Libre Comercio.
El manifiesto se desarrolla en el marco de la Campaña mundial por la Libertad de las Semillas y la Red de Semillas Libres de las Américas, como una de las acciones que se llevarán a cabo durante este mes (eventos culturales, foros, ferias, movilizaciones y otros), para reivindicar las “semillas como patrimonio de los pueblos al servicio de la humanidad”, buscando proteger al agro colombiano.
Actualmente, las comunidades rurales en Colombia producen más del 60% de los alimentos que se consumen en las grandes ciudades; en ese sentido, la privatización y penalización del uso de las semillas, pone en riesgo el derecho a la alimentación de los/as colombianos/as.
Esta jornada convocada por el Instituto Latinoamericano para una Sociedad y un derecho Alternativos- ILSA, en el marco de los mercados Campesinos apoyados por la Secretaría Distrital de Desarrollo Económico-SDDE, tiene el propósito de rechazarel monopolio de las empresas que imponen semillas transgénicas, el control corporativo sobre la vida, las formas de propiedad intelectual sobre las semillas, la biopiratería, las semillas transgénicas, las leyes que criminalizan el libre flujo y multiplicación de las semillas que violan los derechos sobre el patrimonio genético y cultural de las comunidades indígenas y campesinas y su biodiversidad; y el derecho que tienen los/as ciudadanos/as a una alimentación libre y soberana.
Para las comunidades campesinas, indígenas y afrocolombianas, las semillas han sido el fundamento de su cultura y sus sistemas productivos; por ello, consideran que tienen derecho al libre acceso, a la producción, a guardar, intercambiar y vender las semillas, las cuales se constituyen en el seguro que tiene la humanidad para enfrentar la crisis de la agricultura frente al cambio climático, ocasionando que cada vez más campesinos, indígenas y afros se fundan en la pobreza, en contraste con terratenientes que acaparan la tierra, convirtiendo a Colombia en uno de los países más inequitativos del mundo.
“El programa de Seguridad y Soberanía alimentaria de la Bogotá Humana, contempla, entre otras acciones, el fortalecimiento del Sistema Público de Abastecimiento, las redes de tenderos, agricultores urbanos y campesinos, y sus semillas, como primer eslabón en la cadena alimentaria; sin semillas libres de propiedad intelectual y sin el control local de sus territorios, no es viable la soberanía y autonomía alimentaria de toda la población” Afirmó Jorge Pulecio, director del IPES.
Las organizaciones indígenas, afrocolombianas, campesinas, sociales y ambientales de la economía popular consideran que las leyes y normas de semillas son ilegítimas e inconstitucionales, porque violan los derechos fundamentales de las comunidades rurales y étnicas, los convenios internacionales suscritos por el país, la soberanía alimentaria nacional y el derecho que tienen los colombianos sobre el patrimonio genético, producto de una alimentación sana y biodiversa con semillas proporcionadas por las manos de los/as agricultores.
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